Un colombiano en Miami

Hermógenes Nagles

Rubén Darío Correa, el periodista ibaguereño que muy seguramente pasará a la historia del Tolima como el primer concejal que mediante revocatoria ciudadana tumbó al Alcalde de su ciudad, me preguntó inquieto en estos días cómo se vive hoy en Miami. Me averiguó sin cortapisas si aquí todavía ronda el fantasma del Coronavirus.
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Cuando recibí su llamada por WhatsApp esa mañana del lunes yo me dedicaba a tomar fotografías en cada una de las estaciones del Metro Rail, una de otra no dista más de diez minutos. Quería saber si todo estaba normal y si la gente citadina, como yo, ya se había reincorporado de nuevo a sus trabajos. Si estaba operando cabalmente el servicio de transporte público. Y la verdad todo aquí ha vuelto a la normalidad. Todo está abierto. Todo está en reapertura.

Tenía pendiente una diligencia de inmigración y para ello opté por trasladarme en Metro, porque, al igual que el presidente Biden lo que más me gozo de los Estados Unidos es el viaje en tren. Aquí los hay de todos los tamaños, Jumbo, tren de carga y aún prevalece el autoferro que los gringos siempre han llamado Amtrak, compuesto por una docena de vagones gigantes y en su interior son más cómodos y confortables que los de un avión. Si un costeño llega a leer esta nota informativa de inmediato exclamara: eche no jo’a.

Desde luego que una hora antes ya me había hecho unos cuantos recorridos en bus urbano. ¿No me vayan a preguntar ahora ¿y es que no tiene carro? Obviamente que sí, porque aquí en Miami o en cualquier lugar de los Estados Unidos lo primero que uno compra entre el ajuar de bienes de uso personal es un automóvil porque para ir a la oficina o al mall hay que movilizarse en auto particular dadas las distancias que se recorren todos los días.

Aquí en Miami, o en Fort Laudardale, Sunrise o Weston, ciudades vecinas del Condado de Broward desde que apareció el demonio chino de la pandemia andar en bus o Metro no cuesta nada. Desde marzo del año pasado las autoridades cerraron las oficinas de tiquetes y dejaron free y libre de pago todas las registradoras que estaban ubicadas a la entrada de cada estación. Los funcionarios que las atendían se fueron a casa, a pasar cuarentena. Eso sí, quedaron policías por todas partes chequeando que nadie utilice el servicio sin ponerse mascara y que cada pasajero ocupe una silla, cerciorándose que la siguiente permanezca libre. Lo mismo acontece en el Metro y en el Amtrak. A nivel informativo los extranjeros no despertamos pensando si el cantante vallenato Jorge Oñate tiene Covid 19 o por donde anda hoy metido el Barrabás de Maduro. Para nada. La necesidad diaria es estar al tanto de cuanta recomendación da el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos en torno al Coronavirus. CNN en español atiende cada semana, en vivo y en directo, una sección de preguntas y respuestas del público y el que las contesta es el primer infectólogo y asesor de la Casa Blanca ratificado por Biden, el médico Anthony Faucci. A este científico una señora le preguntó que si luego de habérsele aplicado la vacuna cuánto tiempo debería transcurrir para montarse a un avión. Y el médico le respondió, tajantemente: la vacuna no le garantiza el pasaje gratis al Coronavirus. En este tiempo de Pandemia el mejor consejo es abstenerse de viajar en avión.

He querido traer este corto cuento hoy a mi columna para insistir ante mis hermanos colombianos que la mejor arma para hacer frente al coronavirus no es recibir la primera o segunda dosis de la vacuna de Pfizer, de Moderna o de Jonhson & Jonhson. La estrategia más efectiva es continuar con las mínimas precauciones que dan las autoridades de salud y los médicos de turno para no contraer el virus: lavado de manos, ojalá cada hora, desinfección de los artículos que se compran o vienen de la calle y que no son de uso diario, llevar tapabocas así se esté en casa, no recibir ni hacer visitas, no darse abrazos de cumpleaños. Leyendo la entrevista de El Tiempo que le hizo María Isabel Rueda al presidente Duque el pasado domingo me parece que al Primer Mandatario de los colombianos le quedo faltando hacer ese elemental recorderis. Porque como dice Faucci la vacuna no le garantiza a nadie contraer el coronavirus, la vacuna apenas es un medicamento creado para inmunizar a la persona mas no para contraerlo.

HERMÓGENES NAGLES

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