Lo mejor, enemigo de lo bueno

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Cada vez que alguien hace algo bueno, aparecen otros que sostienen que podrían haberlo hecho mejor. Esto le está sucediendo al Gobierno con su ofrecimiento de otorgar diez mil becas anuales a estudiantes de estratos Uno y Dos de cualquier parte del país que hayan obtenido los mejores puntajes de las pruebas Saber II para que se matriculen en las universidades que ellos han escogido y en las cuales han sido admitidos, siempre y cuando estas sean acreditadas (33).

No se trata de algo intrascendente, como lo han calificado algunos críticos. Durante el cuatrienio, se va a dar esta oportunidad a 40 mil jóvenes. Adicionalmente se ha abierto la puerta de las mejores universidades del país a todos los jóvenes de esos estratos que hasta ahora ni siquiera han considerado la posibilidad de solicitar ingreso a universidades como los Andes, Eafit, la Universidad del Norte, la Javeriana, o inclusive la Nacional, porque si los admiten, probablemente no podrán pagar por sus estudios. Estas becas les ofrecen la oportunidad de aspirar a algo hasta ahora inalcanzable.

¿Que son muy pocas? Probablemente sí, pero son diez mil más que las que había, y este es solamente un primer paso. Las universidades privadas tienen la obligación de hacer algo por lo menos equivalente con el apoyo del sector privado y el de los gobiernos locales. El desafío que el Ministerio de Educación les debe plantear es que como posiblemente van a ser las principales beneficiarias de este esfuerzo oficial, deben ofrecer algo equivalente para los siguientes diez mil jóvenes que aspiren a las becas del Gobierno y no logren obtenerlas a pesar de tener el puntaje requerido.

El beneficio que van a obtener las universidades no es solamente financiero (10 mil matrículas a precio nominal). Van a enriquecer su comunidad estudiantil con una diversidad que hoy no poseen. Y esta diversidad tiene un valor apreciable en la calidad de su educación. Los jóvenes que vienen de clases diferentes, con experiencias vitales muy distintas a los de la norma, que provienen de familias urbanas de clase media, van a aportar valores, conocimiento y experiencias muy distintas a los de ellos, y a un alto nivel intelectual, con competencias y atributos muy diferentes a los del promedio.

Universalmente se reconoce que uno de los requisitos de la excelencia académica es la diversidad, sin la cual no se exponen los estudiantes al desafío de pares que piensan y actúan distinto. Esta es una de las razones por las cuales las mejores universidades del mundo ofrecen becas a personas de otras nacionalidades y de otros estratos. Como el Gobierno está aportando gratuitamente este beneficio, el deber de las universidades, del sector privado y de los gobiernos locales es hacer un esfuerzo equivalente. Podría ser una forma muy fructífera de demostrar que por la paz son “capaces”.

No sé si las comunidades árabes, sirias y libanesas de Colombia han respondido al llamado de la ONU de prestar auxilio a los refugiados de las guerras religiosas y nacionalistas del Medio Oriente. Nuestros países deberían reaccionar a este pedido por estar en deuda con esas comunidades que hoy son parte integral de la vida nacional.

Credito
RUDOLF HOMMES

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