Entre “brutos” e ignorantes…..

Hugo Patarroyo Murillo

Ahora que está tan de moda el uso de lo “coloquial”, impulsado por la Presidencia de la República, bien vale utilizar la terminología que ésta misma promueve, tal vez, con el ánimo de “echarse” al bolsillo a un pequeño sector de electores, admiradores de la “social-bacanería”.
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No se sabe a ciencia cierta, si es por torpes u obtusos que, el desconocimiento de las figuras de la historia ( gústeles o no) es, algo que deja entrever en gran parte, la necedad y el sesgo politiquero que le imprimen a sus desastrosas demostraciones de “poder político”. 

Tal es el caso del desprecio a una figura como la del dos veces Presidente de Colombia, el Surtolimense, Manuel Murillo Toro.  Ya se intuía desde las visitas de campaña del hoy Presidente Petro que, el humilde Murillo, no era la figura para “explotar” politiqueramente , puesto que no representaba a los indígenas, o a los afros, o a los de las “sociedades democráticas” (sindicatos) de la época.

Pero, “la tapa” del desconocimiento a Manuel Murillo, por parte de “la Presidencia”, llegó con la visita del Presidente de México, el Licenciado Andrés Manuel López Obrador (Amlo) a Cali, la capital valluna. Allí, en los discursos, se habló indudablemente del controvertido revolucionario chaparraluno, General José María Melo, cuyos “restos” reposan en México e, indudablemente y como siempre,  había que mencionar a ésa gran figura mexicana Don Benito Juárez, “Benemérito de las Américas”.  

Pues bien, es importante recordar que, el título de “Benemérito de las Américas”, se lo concedió, por primera vez, el Congreso Colombiano, al jurista zapoteco, en 1865 y fue enviado, en “elegante nota” por el entonces Presidente de los Estados Unidos de Colombia, Don Manuel Murillo Toro. Cabe resaltar que el calificativo de “Benemérito de las Américas”, que al decir de investigadores históricos, “luego se extendió, por el mundo político de la época”, fue repicado por el Congreso de la República Dominicana, siendo el segundo país que, en Mayo de 1867,  reconociera a Pablo Benito Juárez García, con el título de “Benemérito de las Américas”. Para más detalles, en ésa Ley 30 del 2 de Mayo de 1865, sancionada por Murillo Toro, se ordenó la colocación de un retrato al óleo del insigne presidente mexicano , en la Biblioteca Nacional. Al enviar el texto de la mencionada Ley de Honores, el expresidente tolimense le anotó a Don Benito Juárez: “Al remitiros éste Acto Legislativo, testimonio del respeto y consideración, séame permito expresaros mis propia admiración por vuestras virtudes y por el ejemplo que habéis dado…”. Ni más, ni menos.

Pero es que, definitivamente, “a la cachaquera, no se le pueden pedir manzanas”, como muy bien, lo reza el adagio popular. Ni siquiera, se han tomado la molestia de averiguar, quién fue Murillo Toro que, al decir del jurisconsulto doloreño Jairo Rivera Morales en su magnífico libro sobre el ex presidente, afirma con base a su gestión presidencial: “Todo esto nos lleva a dar crédito a lo afirmado sobre el doctor Murillo, por Gerardo Molina, uno de los espíritus más penetrantes que ha dado la República: lo innegable es que Murillo encarnó durante mucho tiempo la línea democrática del liberalismo. Lo que sostuvo en el ámbito económico y social lo sitúa entre los precursores del socialismo en Colombia”. No sobra recalcar, lo que se ha dicho siempre : A Estudiar, A Estudiar, A Estudiar !!!

Hugo Patarroyo Murillo

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