Visión Tolima 2050

Hugo Rincón González

Co-inspirando.
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Las regiones que aspiran al desarrollo deben reflexionar, imaginar y adelantarse al futuro. No es posible pensar en progreso si se tiene una visión de corto plazo y especialmente si esta se alinea solamente con un propósito político electoral. Los grandes países y las regiones avanzadas se proyectan en horizontes de largo plazo que se convierten en referentes para los gobernantes que vayan llegando cualquiera sea su orientación ideológica y política.

En una visión se hace una apuesta que recoge la concepción del desarrollo. En el departamento del Tolima este ejercicio se inició en 2005 cuando se hizo un trabajo de revisión de documentos de prospectiva y agendas de competitividad como insumos de lo que fue la visión Tolima 2025. Se propuso como norte que el Tolima sería el punto de encuentro de las oportunidades de Colombia a partir de la agroindustria, la logística y el turismo con elementos claves transversales que son la ciencia, la tecnología y la innovación. 

Luego de este ejercicio se hizo una actualización en el año 2014 en un momento en que se asomaban los diálogos de paz entre el gobierno y la guerrilla de las Farc. En esta puesta a tono se incluyeron dos sectores con fortalezas: las energías alternativas y apareció de una manera inquietante la minería.

Esta visión Tolima 2025 se adoptó como política pública a través de una ordenanza aprobada por la Asamblea del Tolima el 25 de agosto de 2015 y se buscaba que fuera “un elemento estructurante de los diferentes instrumentos de planificación económica, social, territorial y sectorial”. Recapitulando, tenemos visión y política pública que ha estado flotando en el ambiente de las discusiones sobre el desarrollo del departamento y en las formulaciones de los planes en los diversos gobiernos.

No obstante lo anterior desde el 2015, muchas cosas han cambiado a nivel regional, nacional e internacional. Mucha agua ha corrido debajo del puente y es oportuno hacer una nueva revisión y reformulación de esa agenda al 2050, alineando este ejercicio al que se trabaja en Colombia en el mismo horizonte. En buena hora el gobierno departamental convoca a todos los sectores de la sociedad, sin exclusiones a repensar la visión. Desde la academia, los gremios, las organizaciones indígenas, campesinas, mujeres, jóvenes, pensionados, taxistas, hasta los sindicatos. Se trata de reivindicar la premisa de que la visión es de todos y con todos.

Hay preguntas inquietantes que surgieron desde ya en el lanzamiento de la visión Tolima 2050 en el Centro de Convenciones de la Gobernación del Tolima como las siguientes: ¿Podríamos pensar en logística aeroportuaria pensando en nuestras ventajas ofrecidas por la meseta de Ibagué o seguimos apostándole al transporte terrestre? ¿Agroindustria o sistemas agroalimentarios con valor agregado con productos pensados para la exportación?  ¿Será el turismo estructurado en un cluster una opción generadora de importantes recursos? ¿Cómo van los sectores históricamente excluidos del desarrollo en una visión con equidad? Como estas serán innumerables los temas a discutir y concertar.

Una región que imagina su futuro no puede dejar por fuera la variable referida a la consolidación de la paz. Como dicen algunos empresarios, si la región no es viable, no serán viables las empresas. En la visión Tolima 2050 debe existir un claro propósito por la reconciliación y la paz, una condición que por fortuna tenemos en nuestro departamento si nos comparamos con otras regiones convulsionadas por la confrontación armada.

Arranca entonces el trabajo participativo para la construcción de la visión Tolima 2050, se espera según expresó el Gobernador del Tolima que en siete meses esté estructurada en un documento para volverlo nuevamente como una política pública que sea referente del desarrollo del departamento en un horizonte de 30 años. Ojalá tengamos claro hacia donde nos dirigimos para elegir de esa manera el camino que más nos sirva.

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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