Crispación

Hugo Rincón González

Lo que viene aconteciendo en los últimos días es de una gravedad preocupante. Después de las elecciones en que se disputaron las consultas interpartidistas, el Congreso de la República y las curules de paz, el ambiente se ha enturbiado y se percibe una gran crispación entre la ciudadanía por todos los hechos que inicialmente se denunciaron como fraude electoral al no contar los votos del Pacto Histórico en aproximadamente 29.000 mesas de votación, luego el llamado a desconocer los resultados del 13 de marzo en cabeza del expresidente Uribe y casi que llamar a un golpe de estado.
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Desde las elecciones presidenciales de 1970 en la que resultó triunfador Misael Pastrana, ante la denuncia de fraude del General Rojas Pinilla, no se registraba un hecho de tal magnitud. La victoria del sector alternativo del Pacto Histórico por encima de los partidos tradicionales con sus maquinarias, no fue del agrado de quienes siempre han gobernado y se creen los dueños únicos y absolutos del poder político. Quieren desconocer el hecho del hartazgo ciudadano por los recurrentes fenómenos de corrupción, la inoperancia de los entes de control todos alineados con el gobierno y la indignación por la enorme exclusión y desigualdad social que vive el país.

Desde las redes sociales se ha desatado una campaña feroz y pugnaz por desconocer los resultados electorales que no favorecen a los de siempre. Algunos medios de comunicación masiva han tomado partido en la defensa de una causa asociada a un candidato de una manera desvergonzada. ¿Importa la objetividad? por supuesto que no, lo importante es la defensa de los enormes intereses de sus propietarios que concentran su influencia en el llamado cuarto poder. Un ejemplo de esto son los casi publireportajes que se vieron en la prensa de parte de los representantes de los fondos de pensiones que arremetieron sin compasión en contra del candidato alternativo que puntea en las encuestas ante sus propuestas alrededor de este sector.

Insólitamente el registrador Vega, exaltado hace unos meses por el presidente Duque como un funcionario excelente, ahora no les sirve a los del partido de gobierno por la debacle electoral vivida. Fue tanta la presión de este sector que el lunes festivo salió a anunciar un reconteo total de los votos para la elección del Senado de la República, generando una andanada de críticas del sector opositor y ganador de las elecciones. Al momento de escribir esta columna los señalamientos eran de este tenor: 1) ¿Qué garantías se tiene de que no habrá fraude con los votos si se perdió la cadena de custodia el sábado anterior? 2) ¿Quiénes van a hacer el reconteo? 3) ¿El reconteo busca crear caos para desconocer el escrutinio realizado por 5000 jueces de la república? 4) ¿Qué garantías existen de este proceso con este registrador y el Consejo Nacional Electoral controlados por fuerzas opuestas a cualquier cambio político?

En lo que los sectores políticos coinciden es que todos estos sucesivos hechos ponen de presente la incompetencia de la Registraduría, la inexistencia de garantías. Esto no puede repetirse en las elecciones presidenciales por el riesgo de viciar el proceso electoral y erosionar la legitimidad de los resultados y por ende la elección del nuevo presidente. Se requiere con urgencia la presencia de observadores internacionales que garanticen unas elecciones transparentes porque como vamos el fantasma inminente del fraude seguirá presente.

Hay desconfianza y crispación, especialmente porque el mismo presidente Duque ha tomado partido en favor de un candidato, un hecho claramente insconstitucional que seguramente no será investigado por la Procuraduría. Vienen días tensos, complejos, donde conviene salvaguardar la paz entre todos los colombianos, no podemos validar la estrategia trumpista que se base en: “Si pierdo, siembro dudas”, esto va para todos los actores políticos.

Hugo Rincón González.

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