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Los medios informaron suficientemente sobre lo que cada uno de ellos se “inventó” para acompañar a los niños y las familias de los barrios populares. Hasta en eso hubo competencia: quién daba el mejor regalo y tenía el mejor disfraz para su entrega. Gajes de la politiquería y alimento del clientelismo.
En la pasada edición dominical El Nuevo Día, el periódico de los tolimenses, informaba que existe un ramillete de 14 candidatos a la Alcaldía de Ibagué. Hizo una nota breve de sus hojas de vida y las vagas ideas de sus campañas en cuanto al programa que proponen al electorado. Refería la nota el origen político de cada uno de ellos y los alineamientos con los barones electorales de la región.
Llamó la atención, el planteamiento de uno de ellos en el sentido de que las preocupaciones de los ciudadanos siguen siendo las mismas de hace 11 años, como si el tiempo se hubiera detenido en la ciudad y la problemática fuera exactamente la misma.
El hecho de que haya tal cantidad de candidatos para Ibagué, anticipa que el nuevo mandatario se elegirá con un número de votos mediocre. Algunos analistas de las cifras vaticinan un alcalde electo con poco más de 40 mil votos. En ese escenario de dispersión cualquiera podría llegar, a no ser que se presenten realinderamientos y alianzas para fortalecer la opción de 2 o 3 de ellos.
Más allá de los aspirantes, la discusión debería girar alrededor de las propuestas programáticas y la confianza de la ciudadanía en el candidato o candidata. Alrededor de este contexto conviene poner sobre la mesa algunas ideas y preguntas para el debate más allá de los temas siempre presentes en los discursos:
1. Ibagué como ciudad debe formular un plan estratégico como propuesta colectiva común con una amplia participación de todos los sectores de la ciudadanía. Conviene recordar que en el pasado se hicieron algunos esfuerzos alrededor de este propósito, pero no hubo suficiente interés de los actores públicos y empresariales.
2. La ciudadanía espera planteamientos sobre la sostenibilidad financiera del municipio. ¿Cuál es el margen de maniobra del nuevo gobernante con el alto endeudamiento existente? ¿Qué estrategias se desarrollarán para garantizar que un programa ofrecido se pueda cumplir?
3. Encontrar alternativas de solución al problema del espacio público es un imperativo. La privatización de este, la toma de las calles y avenidas por comerciantes informales, el parqueo inadecuado en andenes y vías, entre otros son expresión de la complejidad de esta situación.
4. Tener los planes comunales y corregimentales como base fundamental en la formulación de los programas de gobierno.
5. Fortalecer el capital social en lo urbano y rural. El desarrollo de Ibagué requiere de organizaciones comunitarias autónomas e independientes fortalecidas y articuladas.
6. Si Ibagué es cabecera de aguas como se expresa en el POT, se debe avanzar en la constitución de una área de conservación para el sector del cerro La Martinica e implementar los proyectos del distrito de conservación de suelos de los cerros del norte.
La lucha política se debe dar en el campo del debate de ideas y no de los agravios, así pues, escalemos la contienda entre las propuestas, eso es lo que espera la ciudadanía.
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