Gestores de Paz

Hugo Rincón González

Quien dijo miedo con la decisión política del presidente Gustavo Petro de designar al excomandante de las autodefensas Salvatore Mancuso como gestor de paz y así entablar unos diálogos que según el primer mandatario considera inconclusos y que, por ende, “aún no se sabe toda la verdad”. Inmediatamente empezaron a aparecer voces disonantes que le recordaban el historial sanguinario de este paramilitar, acusado de 139 masacres en las que según informaciones aparecidas en la prensa fueron asesinadas 800 personas.
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Muchos de estos críticos seguramente interpretaron como positivo el hecho de que, en 2004, el mismo Salvatore Mancuso, Ramón Isaza y Ernesto Báez líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia AUC, tuvieran su momento de fugaz gloria en el Congreso de la República, ante la mirada de los políticos.

Hay que recordar que, en ese recinto, durante 46 minutos, Salvatore Mancuso, leyó su discurso, “… atacando el abandono del Estado y exaltando el heroísmo de las autodefensas”. Con absoluta perplejidad esa intervención fue seguida por una lluvia de aplausos de los congresistas asistentes a la sesión.

Fue famosa también la manifestación del entonces presidente Uribe sobre este hecho al expresar que: “No tengo objeción a que se les den pruebitas de democracia”. Todos los colombianos sabíamos en ese momento la clase de liderazgo nefasto de esos personajes, pero estuvo bien para algunos que hoy manifiestan su inconformismo ante el anuncio del presidente Petro. Es el típico doble rasero en la interpretación de los hechos que pueden contribuir a la paz.

La inclusión de Mancuso se debe entender como el propósito del presidente de Colombia de incluir a todos los actores del conflicto armado en su propuesta de paz total tan criticada por muchos sectores. Pretende el mandatario cerrar un proceso inconcluso pese a la desmovilización de las AUC entre 2003 y 2006.

La figura de gestores de paz no es nueva. Se viene utilizando en Colombia hace varios años y se ha dado a miembros de los grupos y organizaciones armadas. También hay gestores que son de las comunidades, personas que trabajan por la reconciliación, superación del conflicto armado y constructores de la política de paz.

La propuesta de paz total del gobierno se ampara en la Ley 2272 del 2022 que define la política de paz como una política de Estado, prioritaria y transversal. Esta ley vincula a todas las autoridades en la implementación del Acuerdo Final de Paz, en los acuerdos que se llegaren a pactar y en los procesos dirigidos al sometimiento y desmantelamiento de estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto.

La decisión presidencial levanta un cotarro en ciertos sectores. Algunos la consideran riesgosa. Muchos otros la consideran acertada. En otros momentos sucedió lo mismo, como cuando la temible comandante Karina perteneciente en la época a las Farc fue designada como gestora de paz, decisión que fue criticada pero que seguramente contribuyó a avanzar en el proceso de reconciliación.

El país sigue expectante de conocer toda la verdad alrededor del conflicto armado, esperemos que esta designación del nuevo gestor de paz coadyuve al logro de la misma para que sea posible el perdón y la reconciliación entre los colombianos.

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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