Aprendiendo de China

Indalecio Dangond

En 37 años que llevo viviendo en Bogotá, nunca había visto esta ciudad tan desolada (ni un viernes santo). El simulacro obligatorio de aislamiento, decretado por la  alcaldesa de Bogotá, Claudia López, durante estos cuatro días, para contrarrestar el impacto de la llegada del coronavirus, es una buena señal de que aprendimos de la lección de Wuhan (China).
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Pero no podemos entrar en pánico, los colombianos debemos trabajar unidos con el gobierno, los profesionales de la salud y la fuerza pública, para enfrentar  con determinación y celeridad esta epidemia. Ya no hay tiempo de mirar atrás y cuestionar a las autoridades que omitieron los controles en los aeropuertos, fronteras terrestres y marítimas. Ahora estamos entrando en una semana crítica de propagación del coronavirus y la contención sólo depende de la velocidad con que actúe el gobierno y los ciudadanos para combatir la propagación del COVID-19, tal cual como lo hicieron en la China.

Si analizamos la estrategia implementada por China, vemos que hubo una rápida coordinación nacional pública. Construyeron 2 grandes hospitales en menos de 10 días y al mismo tiempo cerraron una ciudad entera (Wuhan). La velocidad con la que China detectó el brote, aisló el virus, secuenciaron el genoma y lo compartió con la OMS y el mundo, es muy impresionante. Algo que debe aprender el gobierno colombiano para contener esta aterradora pandemia. 

Un tema que preocupa mucho es la capacidad hospitalaria y los insumos médicos. El pasado jueves me escribió un médico de una clínica en Valledupar, muy preocupado porque en la unidad de cuidados intensivos no tenían uniformes especiales ni tapabocas (N95) los que realmente sirven, ya que el tamaño del virus es muy pequeño y pasa la barrera de los tapabocas convencionales. La  protección del personal médico es lo más importante en estos momentos. Ministro Ruiz, no descuide este tema. Uno de los errores cometidos en Italia, fue precisamente la falta de conocimiento de la enfermedad y la escasez de equipos de protección en el tratamiento de pacientes.

Otras lección importante de China fue la aplicación de tecnologías para contener la pandemia.

Inundaron los cielos de drones para rociar desinfectantes, entregar paquetes y tomar la temperatura de las personas con imágenes térmicas infrarrojas; robots que suministraban servicio de entrega sin contacto con pacientes cada media hora; compañías médicas que lanzaron líneas de alimentos medicinales con ingredientes que estimulan el sistema inmune para detener la vulnerabilidad a la infección; aulas virtuales, educación en línea y transmisión en vivo; plataformas digitalizadas para el trabajo desde casa y comercio electrónico para evitar las aglomeraciones de personas en los supermercados.

Aún estamos a tiempo de poner en práctica estas estrategias de los chinos y ponerle freno de mano a esta pandemia que apenas está comenzando. La solución está en nuestras manos.

En el tintero: El gobierno y las entidades financieras, deberían congelar por cinco meses las cuotas de los créditos y ampliar el plazo de los mismos a 3 años, para oxigenar la caja de los sectores de la economía que han visto afectadas sus ventas e ingresos por la pandemia del COVID-19. Para ello, la superfinanciera debe disminuir las provisiones.

INDALECIO DANGOND BAQUERO

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