El amor: nobleza del espíritu, cultivo del alma

Jairo Yate Ramírez

« En la última cena, dijo Jesús a sus discípulos: Si me aman, guardarán mis mandamientos. Y Yo rogaré al Padre, y él les dará otro defensor, el Espíritu Santo, para que esté siempre con ustedes.” Juan 14, 15-21.
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Jesucristo es el Maestro por excelencia del Amor: el servicio, la caridad, y la misericordia. La Sagrada Biblia enseña que: Dios es amor. Si Dios es amor, es porque el amor es de Dios; y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Lo contrario: El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. El amor consiste en que Dios nos ha amado primero. (1 de Juan 4, 7-10).
Jesús de Nazareth revela el amor de su Padre celestial. No existe mejor concepto del amor, sino aquel que logre entender que Dios es amor. Y lo es, porque su amor es infinito, no tiene límites, se dedica siempre a hacer el bien. 
El amor predicado por el Hijo de Dios, tiene sabor a redención. Es consigna de unidad y libertad. Es el amor engalanado con una buena cantidad de adjetivos que lo cualifican y lo ennoblecen. Así quedaron impresos en los escritos bíblicos: es el amor de la entrega: “Jesucristo amó a los suyos hasta el extremo.” 
Es el amor del perdón: “Es necesario perdonar siempre.” Es el amor del servicio. Dice el Maestro: “No vine para ser servido, sino para servir”, es el amor al hermano: “Quien ama a Dios, necesariamente debe amar a los demás”. Lo contrario, será un mentiroso.
Es el amor del humilde, es el amor de quien escucha y guarda la Palabra de Dios. El Salvador del mundo, plantea su Reino, basado en el amor. Es el hilo conductor del querer de Dios. Quien se atreva a ser discípulo de Cristo, tendrá que demostrarle su amor: “No todo el que me diga, Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos.” (Mateo 7, 21).
Cuando la humanidad aprenda el lenguaje del amor; cambiará su pensamiento de terrorismo, violencia, injusticia social, hambre, odio. Hombres y mujeres aprenderemos a vivir según las reglas de Dios: “El amor nunca falla, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, no es egoísta, no se irrita, no tiene envidia.” °°° (1 Corintios 13, 4-8).
El Papa Francisco define teológicamente el amor: “está más en las obras, que en las mismas palabras.” El amor no es sordo, no es mudo. El amor escucha, responde, se realiza en el diálogo. El corazón y la razón, hacen la voluntad del amor. 
Cuida tu salud: El amor es concreto, nos permite aprender a mirar en la misma dirección.  

Padre JAIRO YATE RAMÍREZ

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