Las apariencias engañan

Jairo Yate Ramírez

« Jesús propuso otra parábola a la gente: -«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña.” (Mateo 13, 24-43).
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El Hijo de Dios, instaura su Reino para que los que creamos en su Palabra podamos vivir con todas las garantías que ofrece ese Reino y a la vez superar las dificultades en el camino del mismo Reino. No basta por comenzar a caminar en ese Reino, o sentir gusto por el Reino, o creer que ya estamos identificados plenamente con ese Reino. Hay que saber sortear la suerte, y contar con las dificultades que se puedan presentar.

Organizar nuestra vida de acuerdo al Reino de Dios, es cultivar permanentemente las virtudes según el Reino; es estar muy atento. Es no dejarse confundir fácilmente; es partir siempre de la Palabra y retornar nuevamente a ella. No en vano, advierte la Sagrada Escritura: “Los hijos de este mundo son más astutos, que los hijos de la luz.” (Lucas 16, 8).  El mal es algo impredecible; la cizaña nunca falta, los amigos del desorden siempre están presentes, el pecado abunda, los envidiosos están al acecho, nuestra respuesta debe ser siempre la prudencia: “Arranquen primero la cizaña y luego recojan el trigo en mi granero.” (Mateo 13, 30).

Las apariencias engañan. “Dios le advierte a Samuel: “No consideres su aspecto ni su alta estatura, porque yo lo he descartado. El hombre no ve lo que Dios ve; el hombre ve las apariencias, y Dios ve el corazón”. (1 Samuel 16, 7). Habría que pensar,  en el peligro de que somos tierra fértil donde se puede sembrar cizaña; viene el enemigo cuando menos lo esperamos,  sutilmente nos engaña con su hipocresía: así lo advierte el Maestro de Nazareth: Tengan mucho cuidado con la levadura de los fariseos y los saduceos. (cf. Mateo 16, 6). No podemos caer en la tentación de ser “Cizaña” para la sociedad o para la misma Iglesia. La persona cizañosa, siembra la querella con aquellos que no piensan igual, los excluye, es como el enemigo que duerme en cada uno de nosotros. (cf. Mateo 13, 25).

El Papa Francisco enseña que el mal no proviene de Dios. (Ángelus Regina Coeli, 20 de julio 2014) °°° sino de su enemigo, el Maligno. Es curioso, el maligno va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión; él va donde no hay luz para sembrar la cizaña. Este enemigo es astuto: ha sembrado el mal en medio del bien, de tal modo que es imposible a nosotros hombres separarlos claramente; pero Dios, al final, podrá hacerlo. Cuida tu salud: Dios nos juzgará, por nuestros propios frutos. (cf. Mateo 13, 43).

PADRE JAIRO YATE RAMÍREZ

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