El ser humano no tiene precio, tiene “Dignidad”

María Yolanda Jaramillo G.

Sirva esta máxima de entrada, para reflexionar, que muchos de los males que actualmente sufre nuestra sociedad tienen mucho qué ver con el desconocimiento de la importancia concedida “a los Valores de la Ética”, como fundamento indispensable para transmisión y consolidación de la “Cultura Moral”.

Si estudiamos un poco la historia, reconocemos que no existe ningún pueblo en el mundo, sin religión y, mucho menos sin “Ética”; esto es, sin valores y criterios de sobrevivencia y convivencia. En las culturas tribales se encuentran normas no escritas, las cuales han constituido la base de la sociedad humana; es la “Ética Primigenia”, la cual reglamentaba el conflicto, el castigo a la violencia, manejo a la naturaleza, prohibición al incesto y respeto a los mayores, etc.

Hoy en día se rechaza, o se marginan valores vitales primigenios como: dignidad, respeto, diálogo, responsabilidad; y sociales como: Equidad, solidaridad, sinceridad; específicos para quienes ejercen poder, autoridad.

Su poca práctica, ha conducido “a una gran crisis de credibilidad, en todas las instancias del poder” (se reflejó en el plebiscito con la abstención).

La credibilidad y la confianza, en los referentes políticos ya no genera la autoridad de antes; la gente ya no confía en el Presidente, Congreso, en los mandatarios y administraciones regionales y locales.

Hay razones de fondo para ello: parto, de que existen necesidades humanas fundamentales; son las mismas en el tiempo; “en lo que existen diferencias, es la manera o los medios utilizados para su satisfacción”: por ejemplo: se considera “pobreza” cuando hay un bajo nivel de ingreso; pero lo cierto es que “cualquier necesidad humana que no es atendida adecuadamente, es pobreza”; si no existen los medios para subsistir con dignidad (alimentación, vivienda, vestido), si no hay protección en salud, si existe violencia, si hay explotación inadecuada de la naturaleza, si la educación no es de calidad, si hay exclusión étnica, etc., todo esto es “pobreza”.

Como lo dice Manfred Max Neef: “las pobrezas no son solo pobrezas, son mucho más que eso. Cada pobreza genera patologías a nivel individual, toda vez que rebasa por su intensidad o duración, ciertos límites críticos. Dadas las circunstancias de crisis económicas generalizada, es necesario reconocer la existencia de patologías colectivas de frustración”.

A este panorama no queremos llegar, es indigno para cualquier sociedad.

El ejercicio de valor vital “Dignidad” requiere de Nobleza, Grandeza, y Excelencia, eso se espera del Congreso en pleno, con la Reforma Tributaria, en razón a la Responsabilidad, Solidaridad y Respeto por quienes los hemos elegido; es necesario que asuman decisiones con fundamento en la “Ética” y con gran dosis Moral.

Aún cuando no ejercieron “Dignidad”, incrementando sus sueldos, a $27’929.000, en momentos difíciles para la economía del país.

“A veces puede ser moral estar en contra de lo Legal”.

Expresidenta Academia

de Historia del Tolima

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