Mundos opuestos

Juan Carlos Aguiar

En Popayán, en el cerro Tulcán, un grupo de indígenas furibundos derribó la estatua de Sebastián de Belalcázar, cuando protestaban para rechazar los hechos violentos de los días anteriores. En Bogotá, los dos policías que llevaron a la muerte al abogado Javier Ordóñez escaparon de quienes iban a capturarlos, para que detuvieran a uno y el otro se entregara horas después, en medio del repudio general. En Santander durante más de un año le dieron carne de burro y caballo, muchas veces descompuesta y adulterada para que pareciera en buen estado, a los niños que necesitan más ayuda alimentaria por parte del Estado.
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En Cúcuta una mujer se auto-secuestró para, aprovechando el dolor, exigir a sus cinco hijos el pago de un millonario rescate. En Puerto Berrío, el personero, funcionario dedicado a la defensa de los ciudadanos, golpeó violentamente a un hombre de 69 años por una pelea entre las mascotas de ambos. En Cádiz, España, al Expresidente Álvaro Uribe, le quitaron simbólicamente el galardón ‘Libertad Cortes de Cádiz’, porque por los actos por los que ahora es investigado no habría promovido la libertad, alma de este reconocimiento. En Estados Unidos, el mayor consumidor de cocaína del mundo, certificaron una vez más a Colombia, el mayor productor de cocaína también en el mundo, por su lucha contra las drogas.

Y así podríamos seguir este resumen sin hacer mucho esfuerzo. Una larga lista de noticias que son toda una paradoja. Defensores atacando a los defendidos, violencia que se combate con más violencia, valores perdidos en medio de una sociedad que ha sido golpeada por décadas sin que se encuentre una salida a esta dolorosa encrucijada. Una semana bastante difícil, que tan solo es un peldaño más en una escalera de semanas iguales, marcadas por malas noticias, por escándalos, por tragedias.

Y en el medio seguimos inertes los colombianos, como anestesiados por otra secuencia de noticias que son el polo opuesto de las primeras. La antítesis de nuestra realidad. La versión clara de que podemos seguir adelante en medio del naufragio.

Un tremendo gol de James Rodríguez en la Liga Premier, el primero tras su llegada al Everton. El comercio a la expectativa de recuperar el tiempo perdido en la pandemia, ahora que llegó el Día del Amor y la Amistad. Nació Jedediah, el primer y tan anhelado hijo varón de Radamel Falcao García. Una conmovedora despedida le hicieron sus compañeros a Mónica Jaramillo tras anunciar su retiro de Noticias Caracol. Mucha alegría porque los ciclistas colombianos siguen haciendo suspirar a todo el país por sus logros en las carreteras de Francia. Hubo revuelo en las redes sociales porque, en Instagram, Jessica Cediel confesó que duerme sin ropa interior, pero con medias y acompañada de su perro y un oso de peluche. Esta, podría ser una radiografía de Colombia: una nación angustiada que aprendió a vivir entre sus dolores y alegrías; resignada a que todo se mueve, pero nada cambia; y, donde año tras año celebramos hacer parte de los países más felices del mundo, mientras los titulares de los periódicos y noticieros de radio y televisión nos ponen frente al espejo de una tragedia que viven millones de personas. Olvidamos que, según estudios internacionales, somos una de las naciones más desiguales del mundo o que tenemos tres de las ciudades más violentas del planeta. No se trata de ver solo lo malo o negativo, pero si se trata de que de una vez por todas entendamos que está en el esfuerzo individual la posibilidad de traer un cambio, a ver si entre todos logramos construir otra realidad. Confieso que desperté pesimista pero esperanzado, como nuestras propias noticias.

JUAN CARLOS AGUIAR

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