De 2001 a 2020

Juan Carlos Aguiar

En mis primeros años de trabajo como reportero de televisión tuve un gran maestro, Gustavo Nieto, quien me enseñó que había frases tan trilladas que se convirtieron en lugares comunes. “Frases de cajón”, como les decimos en el periodismo. Él me ponía tres ejemplos que recuerdo, aunque han pasado dos décadas: “Con lágrimas en los ojos...”, “Con la maleta cargada de ilusiones...” y “1998, el año en que el mundo cambió (puede ser cualquier año)...”. Se habían repetido tanto en noticieros radiales y televisivos, o escrito tantas veces en periódicos y revistas, que demostraban dos cosas: o el reportero era novato o era muy poco creativo. Desde entonces me impuse la tarea de no repetir este tipo de oraciones y me obligo a buscar mejores recursos para contar una historia, aunque no soy infalible. Lo increíble es que jamás imaginé, y esta es otra frase de cajón, que viviría como periodista para ser testigo de dos años en los que realmente se puede decir “el año en que el mundo cambió”.
PUBLICIDAD

Nací en el siglo pasado pero los dos años de los que hablo transcurrieron en el XXI. El primero fue 2001, cuando el 11 de septiembre integrantes de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones y desataron los mayores ataques terroristas en la historia de Estados Unidos y, por qué no decirlo, de la humanidad. Fue la antesala de la mayor guerra contra el terrorismo, que nos cambió la manera de ver al mundo, y que todavía no ganamos. El segundo año es este 2020. Un enemigo microscópico denominado Covid-19, pero popularizado entre la humanidad como Coronavirus, obligó al cierre casi total del planeta, desatando una crisis económica y social generalizada y casi sin antecedentes. Los países iniciaron una guerra frontal contra el virus y aunque han pasado más de seis meses tampoco la ganamos y seguimos replegados en las trincheras de nuestros hogares.

El virus se propagó rápidamente camuflado en nuestros cuerpos mientras surcábamos los cielos de la tierra en los mismos aviones utilizados para los ataques de 2001. Ni que se hubieran puesto de acuerdo. En 2001, por los ataques, murieron casi tres mil personas y unas seis mil resultaron heridas. En 2020, por coronavirus, han muerto más de un millón cien mil personas y casi cuarenta millones han enfermado.

En el mundo moderno, cuando la tecnología ha avanzado para llenarnos de comodidades y privilegios, si usted quiere ver los cambios más radicales desvíe su mirada hacia los aviones que cada vez evolucionan más cumpliendo el sueño milenario de volar. Luego de 2001 cada vez que vamos a subir a una aeronave para viajar al exterior padecemos un exhaustivo chequeo de seguridad. Quitarse los zapatos, el cinturón, la chaqueta, la gorra, vaciar sus bolsillos, pasarlo todo por una banda y así el detector de metales descarta que usted vaya armado o que lleve cualquier objeto que pueda ser usado como arma. Esto hizo que para abordar un avión se tardara por lo menos una hora más que antes de los atentados. Hoy, en 2020, hay que sumarle el examen para comprobar que usted no viaja contagiado, hay que usar el tapabocas y chequearse la temperatura corporal. Si antes del coronavirus el preparativo duraba de tres a cuatro horas ahora son más de 24 por el examen. Es nuestra nueva realidad en la lucha contra el terrorismo y el coronavirus, dos hechos que cambiaron al mundo. Al ritmo que vamos dentro de algún tiempo tendremos que volver a las armaduras de guerreros o las escafandras de buzos para protegernos de nosotros mismos y de los virus, porque siempre habrá alguien o algo que quiera acabar con nuestra preciada tranquilidad.

JUAN CARLOS AGUIAR

Comentarios