Cuando pase todo esto

Juan Manuel Díaz

Llegó el 13 de abril y efectivamente como algunos sospechábamos e incluso pedíamos, la cuarentena nacional obligatoria fue prolongada hasta el próximo 26.
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En efecto, es más que necesario redoblar los esfuerzos y las medidas de prevención, en esta etapa en la que desafortunadamente crecerán exponencialmente los casos de contagiados del virus en Colombia.

Para ello y de buena fuente, sé que en el hospital Federico Lleras se están preparando física y mentalmente y con todas las medidas del caso, así como lo ha hecho el Gobernador y el Alcalde, pese a las críticas, algunas justificadas, y muchas otras llevadas únicamente por los apasionamientos de los contradictores políticos y de los niñatos de las redes sociales que a través de perfiles falsos no hacen más que destruir.

Sin embargo, estoy absolutamente convencido que este no es momento para polarizaciones insulsas, y eso lo ha dejado claro el Presidente Duque, quien, en medio de la crisis, entendió que, en lugar de pelear con Claudia López, debía trabajar articuladamente, aprender de sus aciertos, y jugársela toda por salir lo menos lastimado posible en este tema, en el que además de que corre peligro la vida de 50 millones de colombianos, sin ninguna duda marcará para la historia a su gobierno. De ahí la importancia de no equivocarse.

Hay una cosa segura, y es que así se levante la cuarentena el 26 o se alargue un poco más, lo que resta del 2020 será atípico y pasarán varios meses antes de volver a las costumbres de antes. Yo sigo insistiendo en que esta crisis debe suponer nuevos retos culturales y drásticos cambios en las formas de vida, y eso deberá entrar en la mentalidad de cada ciudadano del mundo, como un nuevo chip de programación.

Cuando pase todo esto, no podemos seguir siendo los mismos de siempre: indiferentes, indolentes, poco amables, despreocupados, la vida definitivamente tiene que cambiar, porque hoy incluso la naturaleza y los animales nos están diciendo a gritos que les hace mucho bien no contar con nosotros, paradójicamente y pese a la pandemia: hoy se respira otro aire.

Una posdata sentida para manifestarle al maestro Carlos Alfonso Quimbayo, mi acompañamiento y solidaridad por el fallecimiento de su señora madre.

JUAN MANUEL DÍAZ

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