El barretismo de “izquierda”

Juan Manuel Díaz

Probablemente el ex gobernador Óscar Barreto nunca se imaginó que muchos de los que tanto lo criticaban por su supuesto resentimiento hacia la Universidad del Tolima por cuenta de sus inclinaciones políticas, terminarían reconociéndole su voluntad y sus esfuerzos para ayudar a recuperar la gobernabilidad, la confianza, y desde luego la estabilidad de la UT, bajo el liderazgo del rector Omar Mejía, quien supo entender el momento y la coyuntura por la que atravesaba la Universidad.
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Ningún gobernador en la historia de la UT, ni siquiera el liberal Luis Carlos Delgado Peñón y quien compartía raíces con el venadilluno ex rector Muñoz Ñungo, le inyectó tantos recursos al alma mater como lo hizo Barreto, el supuesto “Coco de la UT”.

Un centenar de becas, un 147% de aumento en las transferencias, y el apoyo decidido de su movimiento político representado en 4500 millones de pesos anunciados por su sucesor para matrícula cero, y los 1000 millones por Hurtado para dispositivos y conectividad, hablan de un Barreto que entiende que, para ayudar a la Universidad del Tolima, pública, beligerante y de tendencias liberales, no se necesita ser de izquierda, ni mucho menos haber militado en ningún grupo revolucionario donde la retórica se suele imponer sobre los hechos.

Hoy la Universidad del Tolima, acreditada institucionalmente de alta calidad, sin déficit, sin crisis, con el Hospital Veterinario más moderno del continente, adportas de un proceso de modernización institucional y sirviendo a los intereses de los más humildes, poco a poco se convierte en un referente importante, y entierra por completo esa mala racha que tuvo no hace mucho, al borde de un cierre, cuando el déficit de 24 mil millones de pesos parecía acabar con la grande de Santa Helena.

Por supuesto que los créditos de esos logros recientes no son solo para los políticos. No puedo dejar pasar la oportunidad para reconocer a los profesores, estudiantes, egresados, y a los funcionarios que se pusieron la camiseta por ellos. Desde el más noble de los trabajadores, hasta el rector quien demostró toda su capacidad para recuperar la Universidad del Tolima, merecen una exaltación y un aplauso de toda la sociedad tolimense.

Obras son amores, y para gestionar, cumplir o actuar en la revolucionaria UT, no se necesita ser de izquierdas o de derechas, aunque muchos quieran encasillarlo así.

Ahí sí como dijo alguien cercano hace poco, si se trata de eso, más de uno en la UT tendría que declararse “barretista de izquierda”.

JUAN MANUEL DÍAZ

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