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Pese a la amenaza de crisis democrática por cuenta de los indecorosos trinos de Trump acusando de fraude, y a sus discursos de victoria interrumpidos de manera categórica por una prensa seria como la estadounidense; pareciera que el tema ya es un hecho, aún más cuando figuras republicanas representativas como George Bush, Mitt Romney y Condoleezza Rice, han reconocido la victoria de Biden, tal y como lo han hecho líderes mundiales como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro italiano Giuseppe Conte.
Lo que viene de aquí en adelante, será más que un trámite y una ansiosa espera en la cual Biden y su destacada fórmula vicepresidencial, enfocarán sus esfuerzos en tres temas puntuales: la lucha contra la pandemia (hoy mucho más importante con el anuncio de la vacuna de Pfizer), el cambio climático y el regreso al Acuerdo de París, y la lucha contra el racismo. Sin duda alguna, todo lo contrario, a lo que fue el gobierno de Trump, caracterizado por un nacionalismo irracional, un absoluto desconocimiento de la ciencia acerca del cambio climático y un insulto a la Organización Mundial de la Salud en la lucha contra el Covid-19.
De lo ocurrido con las elecciones estadounidenses, mucho podría decirse. Por ejemplo, que no le funcionó el discurso del odio y miedo a Trump, ni mucho menos el fantasma del “Castrochavismo” al que apeló incluso mencionando a Petro. También que fue vital la responsabilidad de los medios de comunicación, así como de las redes sociales, quienes desmintieron varias de las publicaciones de Trump.
Así mismo, que en Estados Unidos por más rabioso que pueda estar el futuro expresidente, allá prima el respeto por la democracia, y no como en Colombia, donde el uribismo, manda y ordena a diestra y siniestra lo que hay que hacer, aunque eso en ocasiones vaya en contra de la constitución y la ley.
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