Marcha carnaval, un grito de resistencia

libardo Vargas Celemin

El carnaval tuvo su origen cinco mil años atrás en Sumeria y Egipto, más adelante los griegos iniciaron la celebración de festivales en homenaje a Dionisio, pero fue en la Edad Media donde se expandieron estas prácticas por Occidente hasta llegar a nuestro territorio.
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El crítico literario Mijaíl Bajtín dedica un riguroso estudio a esta manifestación, a partir de la obra de Rebeláis. Plantea Bajtín que el carnaval es: “un nuevo modo de relacionarse entre toda la gente que se opone a las relaciones jerárquicas y todopoderosas de la vida cotidiana”

El carácter de celebración del carnaval sufre modificaciones. Sin embargo, conserva su esencia popular, al igual que la condición de sus participantes. “El mundo al revés” es su lema, por eso las máscaras están presentes y los sujetos de la representación son las autoridades, mientras la risa y la burla acompañan el desplazamiento de miles de personas. Los humildes se convierten en reyes o presidentes y las figuras de los poderosos son degradadas por las comparsas, la música, los tambores y las consignas.

Es siguiendo esta tradición, que “El Comité Ambiental en defensa de la vida”, organiza en el 2011 la primera “Marcha Carnaval”, algunos de cuyos promotores fueron Renzo García, Jaime Tocora, Javier Zambrano, Valentina Camacho y Jhon Sánchez. Con el tiempo esta actividad se ha ido consolidando, no solo en su lucha por lograr la conservación ambiental en la región, sino también por alcanzar otras reivindicaciones de los jóvenes, campesinos, estudiantes, indígenas, profesores y demás integrantes de la comunidad, que tienen en esta expresión un mecanismo para hacerse oír, y denunciar la ineptitud de gobernantes y políticos.

La excelente demostración de la capacidad de convocatoria de la marcha celebrada el pasado 14 de mayo es un ejemplo para el país y el continente, por cuanto el número de participantes, según algunas fuentes, se acercó a ciento cincuenta mil marchantes de Ibagué y los municipios del Tolima. Esta marcha, además de la alegría y las expresiones artísticas, también dio ejemplo de sensatez, pues no se presentaron disturbios y el gobierno mentiroso y arrogante no pudo justificar la intervención de las fuerzas del des – orden y todo terminó tranquilamente.

 La XII Marcha Carnaval cumple con su proclama que sale de sus entrañas: “Somos el rugir de la montaña que alimenta el espíritu libertario que hoy se mueve por las calles de Colombia (…). Como el iguá del Magdalena y como el Ocobo de la meseta Ibaguereña, llegamos a crecer y florecer sin miedo. Hoy proclamamos con alegre rebeldía que no vamos a retroceder jamás ante el tirano”.

Gracias Marcha Carnaval por hacer que se escuche el eco de las montañas del Tolima y que sigan rugiendo en cada acto de resistencia.

LIBARDO VARGAS CELEMÍN

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