Colombia: Ni Fida ni FAO

libardo Vargas Celemin

Dos noticias han conmovido el espíritu chovinista de muchos colombianos. La selección ha quedado prácticamente eliminada del próximo mundial. Ya no nos salva ni el milagro que siguen esperando los fanáticos del micrófono, ni los idólatras de la camiseta tricolor, que no aceptan la realidad y es que nos falta liderazgo, compromiso, profesionalismo y seriedad en todos los aspectos.
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Duele este retroceso, pero somos conscientes de que no podemos asistir a Catar, con un equipo, cuyas estrellas del pasado, ya pisan la línea de la obsolescencia y no ha existido una política de relevo generacional, como lo han hecho otras selecciones. El récord de llevar siete partidos sin marcar un gol es motivo suficiente para sentirse uno defraudado.

De otra parte, el reciente informe de la FAO le sacó tarjeta amarilla a Colombia y la ubica como el único país suramericano en riesgo de una hambruna para el presente año, por una serie de factores que generan dificultades para garantizar la seguridad alimentaria del pueblo colombiano, debido a “la inestabilidad económica, el desplazamiento, la violencia y la inestabilidad política” (Portafolio 01-02-2022). A esta situación hay que agregarle la corrupción incontrolada.

 Este informe ha generado una polémica. La vicepresidente y Canciller Marta Lucía Ramírez, hizo una solicitud enfática: “Estamos pidiendo que se retire a Colombia de ese mapa y por supuesto también estamos pidiendo que se corrijan las afirmaciones del informe (…) lo que tendría que haber hecho la FAO en su informe era convocar una mayor solidaridad de la comunidad internacional con Colombia”. Esta que pudiera ser una oportunidad, no lo es, porque el gobierno se ha caracterizado por rechazar todo tipo de crítica. 

Si los miles de millones que se pierden en corrupción y los que invierte el presidente en mejorar su imagen, se dedicaran en parte a optimizar y supervisar los programas que buscan amainar esta crisis, se mejorarían las condiciones de las comunidades marginales y eso sería más efectivo para exaltar el ego del presidente. ¿De qué sirve hablar de programas como el PAE, que en algunas regiones no se ha podido iniciar este año y que en otras son de mala calidad para la niñez colombiana y un foco de corrupción aberrante? 

Mientras el gobierno se dedica a maquillar su imagen y los politiqueros a prometer lo que no van a cumplir, los niños de muchas zonas del país aumentan las estadísticas de desnutrición y las de la muerte, por esta causa.

La FIFA le mostrará la tarjeta roja al combinado nacional en el próximo partido. La FAO está consultando el VAR, para ver si reconsidera la decisión de la Tarjeta amarilla, entre tanto, en las ventanas de los tugurios comienzan a izarse las banderas rojas de la hambruna.

Libardo Vargas Celemin.

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