Los caminos terciarios

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Los caminos terciarios también requieren de mantenimiento. Por lo que pudimos leer recientemente en EL NUEVO DÍA, hay zonas rurales de Ibagué que adolecen de vías en estado pésimo, que hacen que cualquier intento de transportarse o de transportar insumos, cosechas y ganados sea un trabajo inmenso, demorado y costoso. Nos contaba el periódico que en la zona de Coello - Cocora están identificados los puntos problemáticos. Que esos sitios están en mal estado desde hace años, pese al esfuerzo de los vecinos que organizan mingas para medio arreglar los pasos. Y que están en mal estado como consecuencia de la falta de atención oportuna de la Administración municipal, que no envía el personal y la maquinaria necesarios para facilitar el desenvolvimiento económico de esa parte de la jurisdicción.

Pero no es un problema exclusivo de Cocora. Por ejemplo, si uno toma la vía por el Cañón del Combeima, encuentra desde el puro comienzo, desde la bajada del Parque de la Música hasta El Libertador, una trocha llena de cárcavas que impiden el flujo seguro de vehículos. Y esto no ocurre en sitio recóndito. ¡Ocurre a dos cuadras del despacho del Alcalde! Por supuesto, de ahí, del Libertador para arriba, la vía está en pésimo estado con algunos, pocos, tramos en buen estado que fueron repavimentados recientemente.

Pero también, en lo recién pavimentado, la falta de mantenimiento preventivo básico amenaza al pavimento. No se hace limpieza de cunetas. Pequeñísimos deslizamientos de tierra se acumulan al borde de la carretera e impiden la evacuación de aguas que dañarán el pavimento. Nacen matorrales que tapan esas cunetas y así, en un círculo vicioso, cada vez hay mayores condiciones para que la vía recién arreglada se dañe de nuevo. Si no arreglan lo dañado, por lo menos mantengan en buen estado lo bueno.

Yo no sé si en la Alcaldía saben que Ibagué es el municipio de mayor importancia ganadera en el Tolima. Y si lo saben no sé si tienen una política establecida para que los campesinos ganaderos sean prósperos. Pero, por lo que se ve en las carreteras terciarias, el campesino les importa poco.

Otra cosa: A mis lectores, ¡que el año 2014 les traiga prosperidad y felicidad! Es un año en que debemos evaluar con juicio las opciones políticas y votar por los mejores o en blanco. No abstenerse. No votar por el que más promete y menos a cambio de dádivas. ¡Ojo con las hojas de vida de los candidatos! No queremos gobernantes ni legisladores con prontuario. Ni familiares inexpertos de quienes fueron juzgados y sancionados.

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

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