Un puente sin vía

Mucho se dijo y se escribió, en Ibagué, sobre la necesidad de que la Nación respondiera por el mantenimiento de las calles de la Capital Musical, debido al tráfico pesado que se generaba por el paso de las carreteras desde el norte del Tolima, hacia Quindío y Huila. Enmarcado en esa idea, se logró que en el contrato de concesión de Girardot a Cajamarca, se incluyera la construcción del puente de segunda calzada sobre el río Chipalo, en la carrera Quinta. Y lo construyeron, el puente.

Pero, muerto el tigre, el cuero nos tiene asustados. El puente está ahí. Las vías, no.

¿Qué podrán estar pensando en el Ministerio de Transporte sobre Ibagué y sus gobernantes? Se construye a ruego una obra ¡urgentísima! para desembotellar una vía importante de la ciudad. Pero, construida la obra, las autoridades municipales se olvidan de ella. Las calles, desde el semáforo de Santa Ana hasta el Chipalo, y desde la calle 102 (abajo de la Plaza del Jardín) hasta el puente, no han recibido ninguna atención en la Plaza de Bolívar. Ni siquiera han sido capaces de construir un par de tramos, cortos, que sirvan de aproximación al puente y permitan el tráfico un poco menos lento que el actual.

El puente, sin uso, ya comienza a deteriorarse. Los vecinos se quejan de que el lugar está convertido en muladar, nido de enormes ratas y otras plagas, sitio oscuro y peligroso para los transeúntes. Y si de obras abandonadas hablamos, a muy pocas cuadras de este puente, sobre la avenida Ambalá yace el puente de Progall, semiabandonado por debajo. Este puente, de importancia superlativa para articular la Avenida 102 con la de Ambalá y unir así la Avenida Mirolindo en el sur con la Quinta y la Ambalá en el norte, ha sido testigo por décadas de la incuria de nuestros administradores. Ojalá se le asignaran recursos a construir la avenida, las dos calzadas, desde Progall hasta El Jardín. Seguramente no son más de cuatro o cinco cuadras, pero ¡cómo servirían!

Y, ya que hablamos de la avenida Ambalá, es bueno recordar que su diseño se hizo de tres carriles por calzada. La construyeron de dos carriles y ya va siendo tiempo de ampliarla en el tercer carril.

Otra cosa: ¿De qué color es la luz del semáforo en el cruce de la Avenida Ferrocarril con la Cuarta Estadio, subiendo? La que debería ser roja, parece ser de un rosado pálido o casi blanco. Más parece una luminaria que una señal de tránsito.

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

Comentarios