Carta a un operador de telefonía

Julio A Londoño B.

He recibido una comunicación de un amigo y, dada su pertinencia, me tomo el atrevimiento de transcribirla, ocultando, eso sí, los datos que son privados. Dice así: “Acorralados por un sistema más que mercantilista que nos asfixia, me ha tocado recurrir al texto que viene enseguida. Espero que a alguien le sirva.”

“Bogotá, diciembre 23 de 2014. Compañía Movistar. Ciudad. De la manera más comedida les pido que NUNCA más deslicen al teléfono de MI línea 315 307 xxxx NINGÚN mensaje, ¡ninguno!, de productos de ustedes o de promociones, ni de servicios que ustedes vendan: ni horóscopos, ni clases de inglés, ni conciertos de nadie, ni recetas de nada, ni magia: absolutamente nada de lo que quizá venden exitosamente a incautos o ignaros. ¡Nada! Eso a manera de ejemplo.”

“El teléfono y la línea en referencia, por ahora conectados a ustedes como servidores, son, es claro, de mi propiedad y yo decido qué recibo y qué no. De ustedes no me interesa NINGUNA información ni lo que ustedes llaman servicio como el poco simpático y violador de la intimidad del Spin Vox. No quiero nada de los muy mal redactados avisos que me transmiten a diario sobre asuntos que, si algún día me interesaran, los pediría y ustedes estarían en el derecho de suministrármelos o no.”

“No me importa lo que los demás de esa masa informe que ustedes llaman USUARIOS piensen: En mi caso detesto el manoseo, el abuso de confianza que nunca les he otorgado ni como “usuario”, ni como deudor, de andar TUTEÁNDOME. Cada quién tiene ese derecho con los suyos, los propios, los íntimos, con su madre, pero no conmigo.”

Esta que ha sido, en dieciséis años de estar suscrito a Celumóvil, Telefónica o Movistar, cualquiera de esos engendros comerciales que desaparecen artificiosa y contablemente parte de los segundos y minutos que pagamos puntualmente, ha sido, digo, la única nota que les haré llegar, sé que habrá de ser atendida en consonancia con los términos de la Constitución que rige en este país, no en España, y la que me otorga el derecho absoluto a mi intimidad.” Hasta aquí la carta de mi querido amigo.

Otra cosa: En 2015 disminuirán el desempleo. Completarán la pavimentación de la carrera sexta y de la bajada a La Ollada (o El Libertador). Harán el Plan Centro, enlucirán el tontódromo de la Tercera y pavimentarán las calles 12 y 13. Completarán el acueducto complementario. Harán los escenarios y realizarán los Juegos Deportivos Nacionales. Entregarán los apartamentos de El Tejar, con agua. Todos los contratos de infraestructura tendrán los debidos estudios previos. No habrá servicios de urgencias cerrados en ninguna clínica ni hospital. Habrá POT aprobado en el Concejo. Disminuirá drásticamente el número de familias que viven en zonas de alto riesgo, construirán varias hectáreas de nuevos parques y se pondrá en funcionamiento el Sistema Estratégico de Transporte Público. En fin… ¡gobernarán! O, ¿será mejor decir: ¡pásela por inocentes!?

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