¿Que privatizarán el Ibal?

En titular de la página 9A del martes 7 de mayo, El Nuevo Día se pregunta: ¿APP para el Ibal se cocinaba desde 2012?

En titular de la página 9A del martes 7 de mayo, El Nuevo Día se pregunta: ¿APP para el Ibal se cocinaba desde 2012? 

Para quienes APP, es decir, Alianza Público Privada, simplemente significa una privatización disimulada del patrimonio público, la respuesta no puede ser otra que sí, pero con agravantes. 

Agravantes que transportan el entendimiento a mucho tiempo atrás, incluso a las nefastas épocas de César Gaviria Trujillo, el más sumiso cómplice que haya tenido entre nosotros el Consenso de Washington, pues fue él quien le puso el acelerador a la neoliberal apertura económica, que ya se había iniciado bajo el gobierno de Virgilio Barco, y quien ordenó la liquidación de innumerables entidades del Estado.

Una de las primeras evidencias de la manera como esas políticas privatizadoras comenzaron a encarnar en nuestra ciudad, y tal vez la más conocida por los ibaguereños, la dio Carmen Inés Cruz a su paso por la Alcaldía. 

Recordemos que luego de una plácida visita a España, financiada seguramente con recursos públicos, la burgomaestre nos trajo la buena nueva de que una empresa de tal nacionalidad quería hacernos el favor de cambiarnos la pesada carga de nuestro Instituto de Acueducto y Alcantarillado por nuevos espejitos y bolitas de cristal. 

En esa ocasión, la respuesta de rechazo de la ciudadanía fue contundente, y Carmencita tuvo que presentarles disculpas a los filantrópicos españoles, acompañadas de muchos agradecimientos por las atenciones recibidas. 

Lamentablemente, la misma suerte no corrieron otros patrimonios, con lo cual nos hemos visto condenados a ver cómo emigran hacia otros lares las utilidades que deja su explotación, mientras los servicios se deterioran sin que haya dolientes que velen por el interés de los usuarios. 

Las empresas que entrarían a beneficiarse de la “alianza”, en cuyas manos caería el Ibal ya han mostrado el cobre ante otros aliados. 

Así lo dice Ana Lucía Rivera, responsable del escrito en El Nuevo Día, quien afirma que “fuentes cercanas a la alcaldía de Gustavo Petro le explicaron a esta redacción que a Agua Azul y otros operadores en el Distrito se les quitó la gestión comercial, porque era un modelo muy rentable para los privados, pero no tanto para la Alcaldía de Bogotá”. 

Como nada nos hace pensar que a nosotros nos pueda ir mejor con esta santa alianza, no nos queda más remedio que llamar a los ibaguereños a que salgan nuevamente a defender con entereza este preciado bien, que es de lo poco que nos queda.

Y a propósito, ¿dónde quedaron las promesas del Luis H. candidato, quien aseguró en su campaña que el Luis H. Alcalde no privatizaría esta empresa?

Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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