“Virtualidad vs. realidad”

Manuel José Álvarez Didyme

El letal y aún no domeñado Covid-19, que continúa vigente en nuestra frágil realidad, nos está  obligando a tener que utilizar los medios virtuales disponibles a través de la “Internet” para “sacarle el quite a la prohibición de salir de casa” sin dejar de realizar tareas que antes de la pandemia se llevaban a cabo de forma personal, tales como la enseñanza-educación y la acción legislativa que hasta entonces se efectuaban en los centros educativos por docentes y dicentes de escuelas, colegios y universidades, y en el Congreso de la República, por senadores y representantes, respectivamente.  
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En una nueva objetividad que advino inesperada e intempestivamente e implicó tener que proceder a sustituir un  comportamiento social,  plenamente adaptado, a un reto que cambió  abruptamente la realidad.

Una circunstancia que lleva implícita la  utilización de una nueva herramienta, que si bien ya venía siendo utilizada por muchos y cada vez más de forma ocasional y complementaria en las rutinarias tareas, se vio convertida por razón de la cuarentena impuesta por el “Coronavirus”, en instrumento de obligado uso, para obviar la presencia física en las diarias labores, dando lugar a diversas manifestaciones de “resistencia al cambio”, pues como es apenas natural, ha afectado a personas y organismos, dada la mutación cultural que tal práctica conlleva, al variarles hábitos, rutinas y  conceptos profundamente arraigados.

Es así como en los ámbitos escolar y universitario, muchos alumnos y padres de familia, -sobre todo del sector público- han manifestado sus quejas fundadas en la errónea creencia que “la virtualidad” afecta la calidad de la enseñanza en cuanto limita la participación, reduce la duración de los períodos de enseñanza-aprendizaje y muta los contenidos curriculares.

Y ni qué decir de lo sucedido en terrenos del Congreso, en donde la bancada   oposicionista encabezada por nuestro coterráneo el Senador Robledo, “puso  el grito en el cielo” señalándola como mecanismo traído de manera artificiosa por la mayoría afecta al gobierno, “…llena  de  miedo y ansiedades y con el protervo fin de reducirle el uso de la palabra y por ende los derechos de  intervención y réplica a sus miembros, y como medio idóneo de elusión a la crítica y al debate público y abierto…”,  invocando al efecto  el texto constitucional  vigente y señalando que dado que éste no contempla su uso, debe proscribirse en cuanto generador de nulidad propio solo de “dictadores de repúblicas bananeras” y exótico a cualquier democracia que se precie como tal”.

De todas maneras así no se compartan las críticas a la virtualidad, “a lomo de la virtualidad” se han despersonalizado    tareas que realizadas personalmente tienen otra  sustancia y adquieren mayor importancia, como eran consideradas en la antigua Roma: “Intuitu personæ” para significar que las cualidades de la persona  en todo acto,  “son factor determinante de su celebración”.

MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME- DOME

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