¡Ojo sr. Gobernador y sr. Alcalde!

Manuel José Álvarez Didyme

¡Ya estamos en mora de haber dado comienzo a la construcción de un plan de rastreo robusto y oportuno de identificación, si de verdad queremos saber quiénes serán los destinatarios de las primeras vacunas contra el Coronavirus que lleguen a nuestro medio, puesto que en una primera instancia estas no alcanzarán para todos!
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Y es que si bien entre nosotros aún no se tiene noticia del hallazgo cierto de una vacuna previamente aceptada y aprobada por el Invima, Colombia, ya logró superar algo tan dificultoso como el proceso de adquisición “de un bien que aún no existe”, al adherir en alianza con otros 170 países, a una entidad del sector privado denominada Covax, una organización de expertos globales que para el efecto creó un fondo de riesgo probabilístico, a partir de donaciones, para lograrlo.

Este tipo de entidades, como se sabe, obedecen a una disciplina relativamente nueva de gran utilidad para el manejo de episodios de inestabilidad como la hoy generada por el Covid-19, ya probada con éxito en el medio latinoamericano, en las crisis financieras presentadas en las décadas de los 80’s y 90’s de la pasada centuria (fondo de riesgo y portafolio).

Todo esto se ha logrado concordando lo decidido con un estudio realizado por el Center for Global Development, según el cual, antes de tener un “plan global de vacunación contra el Coronavirus” que llegue hasta el último de los colombianos, -situación aún distante en el tiempo-, indica como acción obligada a realizar de manera prioritaria, la de establecer “un plan robusto de rastreo” que conduzca a identificar a quienes deben ser protegidos primeramente por sobre el resto de la población, o sea al personal de salud expuesto en razón de sus funciones de forma obligada al bacilo; los mayores de 65 años, y las personas con comorbilidades por presentar condiciones de salud que las hacen más vulnerables frente al microorganismo.

Así que primero que pensar en cómo se va a conservar la vacuna debido a su gran volumen y a sus requerimientos de preservación y transporte; en el gran número de operaciones que significará el plan general para su inoculación, y en la formación y selección de las miles de personas que la aplicarán de forma multitudinaria, debe llevarse a cabo la tarea de identificación de los destinatarios de la inmunización priorizada, de manera oportuna o con el debido tiempo, a fin de garantizar que el propósito perseguido con tal acción, resulte realmente eficaz al lograr su cometido: salvar vidas.

Puesto que a no dudarlo, esta “vacunación o inmunización priorizada” de seguro será implementada a lo largo del país de conformidad con la preexistencia o no en cada una de las regiones, del “rastreo” que se hubiera realizado hasta entonces, si queremos “picar en punta” como se dice en el argot ciclístico a quienes procuran los lugares de privilegio, ya deberíamos estarlas realizando entre nosotros, debidamente coordinadas por parte de las autoridades de salud, tanto las del orden departamental como las de cada uno de los municipios, -Ibagué a la cabeza-.

MANUEL JOSÈ ÁLVAREZ DIDYME-DÔME*

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