¿ Y del turismo qué ? Administrar implica acción y decisión

Manuel José Álvarez Didyme


En esta tierra de la fantasía, en la que se suceden las cosas más insólitas del orbe, la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de esta Musical ciudad, (de la que alguna vez hice parte), resolvió en medio de la más profunda crisis global y desde luego regional y local, que se sufre a causa de la malhadada pandemia de “Coronavirus” (Covid-19), regalarle a su Presidente, una abultada suma de dinero, que bien hubiera podido paliar muchas de las afugias o aprietos, que de tiempo atrás vienen sufriendo la región y sus gentes, y en particular sus comerciantes.
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Sin pensar que tales recursos deberían haber tenido un mejor destino al apoyar alguna obra que le aportara a la ciudad el atractivo del que hasta hoy carece para convocar el turismo nacional e internacional a su disfrute, como el Museo de Arte Moderno que pese a los esfuerzos hechos, aún no se concluye e inaugura a derechas.

Y ello se sucede, sin que hayan cesado aún los ecos de las protestas suscitadas por el reciente exabrupto de nuestro inefable Gobernador, al recomendar a los eventuales turistas que insinuaron su propósito de visitar estos lares, “que por favor no vinieran porque podían contagiarse del virus que entre nosotros pulula” por falta del control de la autoridad.

Conductas bien diversas a las que debieran estar dándose en nuestra musical ciudad, que lejos de estar desperdiciando el tiempo que debería aprovechar para explotar el potencial turístico que le brinda su cercanía a la capital y a otros centros de importancia como los de las zonas conocidas como el “Eje Cafetero” al que recientemente nos hemos incorporado, o la del “Tolima Grande” que nos hermana con el Huila y el Caquetá , Girardot, La Dorada, Honda, Venadillo, Espinal, Melgar y Guamo entre muchos otros municipios, para efectuar eventos de calidad, en mayor número y dotarlos del fasto y las orlas necesarias para atraer y mover a gentes de todas condiciones a concurrir a ellos.

Capitalizando incluso aquellos que, realizados en otros lares, se puedan replicar aquí con éxito, como ya se ha hecho en el pasado con magnífico resultado al conseguir en préstamo para su exhibición la obra itinerante del pintor antioqueño Fernando Botero en el Museo de Arte Moderno o la hermosa muestra del Museo del Oro para su exposición en el Banco de la República, o conciertos internacionales con los músicos de calidad universal que visitan a Colombia, aprovechando nuestro indiscutido reconocimiento, de estirpe “naranja”, de “ciudad musical”.

 Así con empeño, sin mucho esfuerzo y en la medida de nuestras capacidades podríamos aprovechar las ventajas que nuestra ubicación geográfica nos brinda, a fin de lograr con base en ella, no solo nuestro “atractivo”, sino el mejoramiento del nivel cultural de nuestra región.

Porque ya es hora de dejar la inercia y pasar sin timideces ni fementidos recatos de los planes de competitividad de nuestra burocracia, a la acción, sin seguir subestimando nuestra capacidad de convocatoria, en tanto en cuanto ya la hemos demostrado hasta la saciedad y tenemos claro que cuando la hemos usado bien, ha encontrado adecuada y abundosa respuesta, y que nuestras gentes están ávidas de que se creen espacios culturales de calidad, y se hagan ofertas de sano divertimento, distintas al “chupe” de aguardiente y al inefable y prosaico vallenato de siempre.

Tenemos probada capacidad hotelera, buenos restaurantes, escenarios dignos y subutilizados, aceptables vías de comunicación en proceso de mejoramiento, agradable clima, amabilidad a raudales y un entorno que sin llegar a ser bello, sí es extremadamente acogedor, así que solo nos faltan ganas y el trabajo que demanda toda acción, indispensables para obtener positivos logros.

 

MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME-DÔME

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