“San Bonifacio de las Lanzas” orgullo de Ibagué

Manuel José Álvarez Didyme

Su nombre se enraíza con la original denominación que se le dio a esta villa en el acto de su fundación “en un luminoso amanecer”, como lo cantó el bardo enamorado suyo que, como aquel, igualmente fue el resultado de un acto de fe en el futuro de esta tierra y en el de sus gentes, resumido en la creación y puesta en marcha de un plantel educativo destinado a formar la élite intelectual que con angustia la región entonces demandaba, como sigue requiriéndola hoy, ante el evidente descaecimiento de sus valores tradicionales.
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El sueño de un puñado de ibaguereños ansiosos de darle a la ciudad un elemento más de progreso y desarrollo, que contó con el indeclinable y generoso apoyo de la Corporación para el Desarrollo Humano del Tolima y otros, sueños materializados por un grupo de progresistas empresarios y gentes querendonas de los suyos, los mismos que dieron a luz otro valiosa institución local: la Universidad de Ibagué. 

Todo realizado bajo el esquema de empresa privada, como corporación civil y sin el menor asomo de propósito de lucro para persona alguna, animada solamente del deseo de crecer la región en calidad, acorde con los nuevos tiempos y con un catálogo axiológico claro y definido para ser transmitido a la juventud que pase por sus aulas.

1985 fue la fecha de su creación, o sea que son treinta y seis los años los que han pasado desde entonces, que de veras permiten advertir que el esfuerzo invertido en él no ha sido estéril y ha tenido grandes compensaciones, como se ha visto en los positivos resultados que sus estudiantes han alcanzado en las Pruebas “Saber”, así como en el desempeño de sus varias promociones de egresados en las diversas actividades que actualmente desarrollan.

Educadores de calidad, alto nivel en una segunda lengua, biblioteca, laboratorios, tecnología avanzada, computadores, tableros inteligentes, piscina, gimnasio, teatro, arte, música, danzas, deportes y capilla, y valores por sobre todo; en una palabra, formación realmente integral y de excelsa calidad, ubicado en el puesto 14 entre los varios cientos de planteles educativos del país del calendario A.

Claro que el mérito exclusivo no radica solo en sus fundadores -entre los cuales orgullosamente me cuento-, sino en todos aquellos que con indeclinable vocación de servicio han seguido ocupándose de aportarle y acrecerlo, como su actual rector, -egresado de sus aulas-, sus profesores, sus administradores, los padres de familia, sus ex alumnos y la comunidad en su conjunto que ya lo siente como patrimonio propio. 

Muchos son los nombres de aquellos que han hecho su aporte grande, mediano o pequeño a la obra, con desprendimiento y cariño, que sería injusto mencionar solo a aquellos que la flaca memoria lo permite, dejando de lado seguramente a otros que igualmente merecen reconocimiento y gratitud. 

La letra del himno que compuso y regaló para la institución la inolvidable “novia de Ibagué”, Leonorcita Buenaventura de Valencia, no suenan hoy a hiperbólica expresión:

“San Bonifacio de las Lanzas eres orgullo de Ibagué…”.


 

MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME-DÔME

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