Los miedos de los adultos son el mayor verdugo de los menores

María Yolanda Jaramillo G.

La Unicef ha advertido, que si pasa otro año más, y se sigue, sin una dosis mínima de “Presencialidad de los niños (as) en las aulas, puede dejar secuelas irreparables en la psiquis de los menores”.
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Igualmente lo dicen equipos especializados en ciencia, salud, educación (psiquiatras, psicólogos, pediatras), quienes alertan sobre los riesgos en la salud mental de la población estudiantil, así lo manifiestan: 

-“Este impacto psicológico de la pandemia ha afectado a toda una cadena escalonada, que empieza por los estudiantes, hasta los docentes y padres de familia”.

-“La falta de socialización, los problemas motores la desnutrición y la violencia intrafamiliar, dejar cicatrices difíciles de sanar”.

-“El encierro y la interrupción de las antiguas rutinas (ir al colegio, ver a los amigos) están dejando muchas marcas en la psiquis de los estudiantes”.

-“En los adolescentes se ve un mayor componente depresivo, o depresiones francas, más cantidad de consultas por intento de suicidio y por autolesiones”. 

Además se ha demostrado en estudios serios, que los niños y niñas no se contagian tanto, o mucho menos; y además no enferman a los demás, o sea, no llevan el virus a la casa. La pregunta es por qué el gobierno con la Secretarías de Educación y de Salud solo escuchan el no de los adultos, que impiden organizar el modelo piloto de Alternancia (trabajo en casa y trabajo en la institución) en las instituciones, o será que predomina el pensamiento del presidente de Fecode, William Velandia, que exigió “la suspensión de la insistencia del modelo de alternancia, y que más bien, se apropien de los efectos de la conectividad para garantizar la educación” (Tiempo 26 - de enero de 2021), el país carece de conectividad, por consiguiente es imposible garantizar la educación, especialmente del sector rural.

El Presidente de Simatol (Sindicato del Tolima), ha llegado a manifestar que no existe educación virtual, sino un trabajo remoto que exige apoyo, como la tienda más grande del barrio o vereda, o el señor que sube la leche para que lleve el material (guías ). A estas dificultades se le suma la responsabilidad que se le delega al padre de familia, como tutor de sus hijos, quien sin tiempo, ni preparación se tiene que involucrar, agregando con esto más angustia a su ya responsabilidad, como proveedor de la familia. Sin embargo estas situaciones tan difíciles podrían mejorarse dando unos espacios de respiro, permitiendo que el padre de familia pueda escoger si envía o no a su hijo a la institución, para esto es necesario que el gobierno con las Secretarías de Educación y Salud acepten la alternancia voluntaria cuando el padre de familia se hace consciente de que existe una buena organización, con comisiones de verificación,  que certifiquen la implementación de todas las medidas de bioseguridad. Es bien frustrante para el sector educativo que solo 12 instituciones de las 58 que tiene Ibagué iniciaran el modelo piloto de  alternancia en el mes de marzo de 2021. ¿En tan malas condiciones están las instituciones que solo 12 pueden acceder? No creo, por ejemplo Exalumnas de la Presentación tiene todas las condiciones locativas, espacios verdes y no se incluyó como centro piloto. Esto da a entender que falta una política de favorecimiento para mitigar la grave afectación de la pandemia, en estas silenciosas víctimas, “los menores”.  

En una buena Alcaldía siempre debe prevalecer la educación.

MARÍA YOLANDA JARAMILLO

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