El voto no se compra, se merece

María Yolanda Jaramillo G.

El pensamiento solo puede ser libre, si no hay coacción externa (Russell); en la pasada columna mencionaba la importancia de pensar y actuar en conciencia con su “propia voz política”; enfrentando todos los desafíos que implica, aportar hacia el inicio de un nuevo tiempo político, favorable para todos. Acorde con el tema, hago alusión a la carta con el título “Declaración de Independencia de la Mente”, fue firmada por personas que le han aportado mucho a la humanidad, Albert Einstein, Rabindranath Tagore, Bertrad Russell, Jane Addams… “nosotros existimos para aportar la luz de la mente… nuestro deber es ser el centro de la estabilidad, de velar la estrella polar en medio de las tormentosas pasiones de la noche”.
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Esta carta abierta cumplió en el 2019 cien años de su publicación, esta declaración fue un reclamo a los intelectuales, por no haber sido suficientemente críticos, ante los eventos que llevaron a la Primera Guerra Mundial. Russell fue uno de los más decididos promotores de la declaración, reconocía progresos,  pero también señalaba, que acechaban nuevos peligros y que en cien años, la situación podría ser peor (hoy lo estamos). Plantea que el pensamiento solo puede ser libre, si no hay coacción externa,  sea por leyes que impidan pensar diferente, por presión económica,  o por distorsión intencional de las evidencias. Este comentario de Moisés Wasserman (columnista, Tiempo Marzo 2019), es muy coincidente en este momento, donde el deber ciudadano del 13 de marzo se refleja en las urnas, debe buscar la “estrella polar” de quienes integrarán el Congreso, con la autorización explícita de quienes los elegimos, para reivindicar su acción (utilitaria, corrupción, clientelas burocráticas, y mucho más). 
El Congreso es el organismo donde se definirá la ruta del nuevo modelo económico, político y social,  a lo cual, estamos apostando todos. Es muy importante que los elegidos para la Cámara y el Senado, garanticen ser parte de la política del mañana, que exige transformaciones,  en la medida que la sociedad avanza hacia la etapa de revolución tecnológica, comparable con la primera revolución industrial  en el siglo XVII. Actualmente los grupos políticos (los partidos están en extinción) se centran en los problemas que fácilmente delimitan, proyectándolos hacia un futuro imaginable, sin ponderar, en su justa medida los cambios sorprendentes que la sociedad afrontara en un futuro, no muy lejano, que incidirá radicalmente, en el trajinar del ser humano en toda su complejidad. Por ello y por mucho más, es necesario para el Congreso, la presencia de  personas con cualidades sobresalientes de espiritualidad, de honestidad, de servicio desinteresado, y con mucho respeto reverencial de los principios fundamentales de la Constitución. Votaré para el Senado por el tolimense Guillermo Pérez Flórez - trabajará por una revolución municipalista– y la Cámara por Carlos Edward Osorio –hacer menos leyes y más control político -. 

María Yolanda Jaramillo G.

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