El folclor del Tolima evidencia del pasado que se valora y protege

María Yolanda Jaramillo G.

La fiesta del San Juan, es la expresión de la regionalidad, manifestada en la tradición, símbolos y creencias, de quienes aportaron su pensar y sentir; a la tierra que los vio nacer.
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Al recorrer el paisaje de nuestra región, se evocan los sentires del espíritu caminante de nuestra raza. A la llegada del solsticio de junio se reunían las familias, para celebrar con cantos, danzas y bebidas el culto al “Dios Sol”, para obligarle a disponer de las fuerzas de la naturaleza en favor de su pueblo.

Estas creencias de la comunidad nativa eran consideradas por los conquistadores españoles como paganas, quienes en su proceso de evangelización retomaron el sentir de la fiesta, pero dándole un carácter religioso. Es el comienzo del antagonismo entre la cosmovisión del español y el nativo, en su actuar hacia sus objetos de culto, compartidos colectivamente. En ese momento España tenía una gran devoción religiosa por el culto a “San Juan Bautista”, lo cual se expresaba colectivamente en la procesión religiosa en su honor.

Este culto se inicia en Natagaima donde acudía gran población de nativos quienes con devoción seguían la procesión, lo cual, llamó la atención de quienes así lo veían. Cuenta la leyenda, que descubrieron debajo de la túnica de la imagen de San  Juan, una figura de oro macizo, un ídolo que les recordaba su “Dios Sol” (ingenio de nuestros nativos).

Así se dio inicio a una simultaneidad del culto, donde podía coexistir lo pagano representado en el ídolo de los nativos, y la imagen de San Juan expresión del culto religioso. Desde comienzos de los años 1700, la celebración de las festividades de San Juan y San Pedro, eran las fiestas más importantes del año en el “Gran Tolima”, comenzaban desde el amanecer del 24 de junio, cuando el San Juan se embarcaba de río en río en Natagaima, Ortega, Coyaima, y Purificación, también en Ibagué por el río Combeima, recorriendo los barrios del sur hasta su llegada al parque Andrés López de Galarza.

La fiesta sanjuanera movilizaba, sus calles adornadas con colgaduras de colores, en donde predominaba el regocijo, cabalgatas, competencia de matachines, vara de premios, música, danza, trova, bambucos, guabinas y sanjuaneros. Este pasado que se valora es la fuerza que evoca el sentir de nuestra raza, que penetra las prácticas vivas de lo místico, espiritual y ritual; dando vida a los mitos y leyendas que han enriquecido la historia, literatura y la poesía.

Ahora el señor alcalde con el acompañamiento del gobernador, quieren borrar toda la tradición, simbolismo y creencias que soportan la identidad regional cultural. Un ejemplo de ello, es revocar el personaje central del folclor el San Juan y colocar el ‘Puma’ como referente de las fiestas del folclor, figura bienvenida en eventos de conciencia y protección ambiental.

Además se ignora la “ley 851 de 2003, art. 2 que declara patrimonio cultural y artístico de la nación al Festival Folclórico Colombiano con sede en Ibagué”, esta declaración de patrimonio cultural y artístico obliga a asumir responsabilidad del gobierno en relación al folclor de la región. ¿Qué mensaje del folclor del Tolima podrán llevar en el lanzamiento en Estados Unidos el 2 de Junio y el 9 en Medellín, si se desconoce, y no se valora, la tradición de nuestro folclor del Tolima como expresión de regionalidad? 

 

María Yolanda Jaramillo

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