Una sana rehabilitación productiva

Miguel Ángel Barreto

Si algo demostró la primera jornada sin IVA el pasado 19 de junio en Colombia es que lejos de acusaciones populistas, debemos aprender de los errores y buscar el equilibrio entre la recuperación gradual de la economía al tiempo que se sigue previniendo la propagación del Covid-19.
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Como se ha dicho hasta el cansancio hasta que no haya una vacuna no se normalizará la vida productiva y el contacto social, pretender lo opuesto es necedad e ignorancia.

Sin duda hubo desmanes en algunas hordas de compradores que se olvidaron de los protocolos de seguridad personal y que arriesgaron injustificadamente su salud, incluso con sobrada inconsciencia. Paradójicamente esto ocurrió principalmente en las capitales con poblaciones más densas, en donde hay mayores contagios y que han registrado ascensos peligrosos en la aceleración del virus. La cultura ciudadana y comercial aún está por aplicar ciertos parámetros para garantizar el distanciamiento social.

Más prudencia se notó en ciudades intermedias y los municipios pequeños en muy poco se beneficiaron de la jornada entre otras cosas porque no cuentan con grandes redes de comercio, la suficiente conectividad y su demanda está centrada en artículos de primera necesidad y menos suntuarios. Para muchos fue la oportunidad de romper el asfixiante confinamiento y otros aprovecharon el cupo de su tarjeta para realizar una ‘buena compra’. Lástima los bancos no aprovechen mejor estas iniciativas para reducir los intereses en el uso de los plásticos o por lo menos para disminuir el denominado manejo de la tarjeta. Infortunadamente, coincidió el día con un elevado reporte de contagios, muestras obviamente que se tomaron en días anteriores y que aparecieron precisamente en esa fecha. Lo cual tampoco es de extrañar, pues desde hace mucho rato el Ministerio de Salud y autoridades como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertaron que los picos para Colombia y para esta franja continental se darían precisamente en esta temporada de mitad de año, ya se habla de agosto, por lo que resulta obvio que el Gobierno extendiera el alistamiento inteligente hasta el 15 de julio y lo siga haciendo si la tendencia no mengua.

El reto hoy para el país entero es conciliar la fórmula ‘Economía, Covid-19, Cultura Ciudadana y Compromiso Social’. En este sentido, es importante que el comercio habilitado mejore su oferta, interacción digital y descuentos, independientemente de los días sin IVA.

Para estas próximas actividades habrá que mejorar la oferta por redes y los mandatarios tener un mayor control y ejercicio de autoridad. Vender 5,4 billones de pesos en un día es una muestra que aún en medio de la crisis existe una significativa dinámica de consumo en los hogares.

En el caso de los comparendos y la indisciplina social no pueden pagar justos por pecadores y mientras el mayor porcentaje de los colombianos se cuidan unos pequeños grupos de irresponsables ponen en peligro a ciudadanos comprometidos con reducir el impacto de la pandemia.

No obstante, el escenario para el segundo semestre es mantener reducida la velocidad de  propagación del coronavirus para evitar confinamientos regionales, al tiempo que se da celeridad al tejido productivo y un respiro a la economía en general, en tanto que alcaldes y gobernadores estrenen sus planes de desarrollo con estrategias enfocadas en la inversión pública, el empleo, salud, educación y políticas sociales. Una sana rehabilitación productiva depende de cada uno de nosotros. Es el momento de la inteligencia ciudadana.

MIGUEL ÁNGEL BARRETO

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