Carta abierta al Niño Dios - parte II

José Adrián Monroy

El año pasado por este mismo medio publiqué la columna “Carta abierta al Niño Dios”, sí, al niño Dios, porque aún me resisto a cambiar de tradiciones y costumbres, así que el papá Noel aquí no tiene cabida. Con resignación me doy cuenta que las peticiones que en esa carta le hice al hice al niño Dios no se cumplieron, la razón la debe tener la canción: “Será, que tú hiciste algo malo y el niñito lo supo, por eso no los trajo”.

Entonces, decidí volver a enviarle la carta con los mismos deseos del año anterior ya que están más vigentes que nunca, con la esperanza que en 2018 se hagan una realidad:

Querido niño Dios, quiero enviarte esta petición por mi querida Ibagué, la ciudad que tanto necesita de tu intercesión. Te pido por su seguridad, intercede por nosotros ante los malhechores que diariamente atentan contra la tranquilidad y las personas de bien de esta ciudad, para que no sigan robando y asesinando en nuestras calles y de paso, a la Policía, para que logre ser más efectiva y contundente al combatir la delincuencia.

Te pido por nuestra movilidad, los trancones se han convertido en el pan de cada día y ya se necesitan acciones más allá del pico y placa (medida que funciona, pero es coercitiva), como que se realice alguna de las importantes construcciones que mejorarían ostensiblemente el tráfico. El repartidor vial de la calle 60 con carrera 5, el de la calle 25 con Guabinal o el de la calle 60 con Ambalá. Si la alcaldía no cuenta con el presupuesto necesario para hacerlo, ilumina, Divino Niño, al Sr. alcalde, que permita la intervención del Gobernador en alguna obra, él tiene toda la disposición.

Por último, te pido por todos los ibaguereños para que se sientan orgullosos de haber nacido aquí y que, al hacerlo, la quieran y actúen con cultura y conciencia ciudadana. Danos un poco de aquello que en exceso les has dado a los paisas, que de eso saben de sobra. Permíteles además, que los empleos que se generen en el sector público del municipio puedan ser ocupados por ibaguereños y no por foráneos, así se mejoraría notablemente la economía de la ciudad. Todo esto, te lo pido Niño Jesús, para que por los méritos infinitos de tu infancia consueles a esta ciudad agobiada y doliente.

Con toda devoción, José Adrián Monroy Tafur.

Twitter: @JoseAdrianM

Instagram: joseadrianmt

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