La falsa moral en nuestro país

José Adrián Monroy

Esta semana, las redes sociales estallaron por cuenta de un escándalo que surgió en el partido de fútbol que enfrentaba a la Selección Colombia contra la Selección de Japón en el mundial que se realiza en Rusia. El alboroto en sí, lo provocaron unos videos que rápidamente se volvieron virales, de unas desafortunadas bromas en donde un colombiano entró licor al estadio en unos binóculos -ingenioso por demás-, y el otro, se mofa de unos japoneses poniéndolos a repetir palabras que aquí son groserías.

Lo que hicieron, obviamente no da para aplaudirlos, felicitarlos o hacernos sentir los más orgullos; pero tampoco para la estrepitosa reacción de quienes por redes sociales los insultaron con total desprecio y con toda clase de improperios, algunos, inclusive, desearon su muerte para que no fueran más de este país, como si lo que hubieran hecho mereciera semejante condena social.

Es más, muchos, circularon los videos por que encontraron gracioso su contenido, pero cuando se volvió un aspecto coyuntural y de condena nacional, se inclinaron por el masivo pensamiento que impone la internet y resultaron asumiendo una posición que realmente no tenían, constituyéndose entonces en un capítulo más de esa falsa moral que existe en el país.

Y digo que es una falsa moral porque no puede ser doble, en el sentido que, solo existe un único patrón de comportamiento socialmente aceptado, enmarcado en valores como el respeto y la solidaridad, que deben ser aplicados en todos los aspectos de nuestra vida en sociedad. Muchos, tienen esa mala costumbre de pensar y actuar de una forma, hasta tanto, son puestos en evidencia y de inmediato cambian de parecer.

Es increíble lo que a veces pasa en Colombia, en donde la sociedad se mueve motivada por lo superficial, pero no se inmuta frente a lo trascendental. Somos una comunidad bélica que señala, que critica, que ataca, que destruye, a la que le cuesta perdonar y se resiste a reconciliarse consigo misma para poder avanzar. Que lo hecho en los videos estuvo mal hecho, ¡Claro!, que fue salido de tono, ¡también!, pero eso no nos va a dejar “malparados” ante el mundo ni va a tener consecuencias diferentes a las que ya padecen los que cometieron el error.

Nota para los indignados: Solo esta semana, en un barrio de nuestra ciudad, una joven estudiante de periodismo de 18 años, fue asesinada brutalmente por más de 50 puñaladas propinadas por su exnovio y eso ni siquiera fue tendencia en redes sociales.

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