¿Qué pasa con el Volcán del Ruiz?

Nelson Germán Sánchez

La Cruz Roja Colombiana en convenio con la Cruz Roja norteamericana y la Red Sismológica Nacional, adelantan el proyecto Vulcano II, cuya primera fase se llevó a cabo hace algunos años y cuya segunda etapa comienza. Hasta ahí nada novedoso. Eso corresponde a estudios que se desarrollan hace varios años con el Nevado del Ruiz y su actividad, monitoreado después de la avalancha que borró del mapa del Tolima a Armero y dejó no menos de 25 mil muertos en 1985.
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La novedad y celeridad parece estar en que las autoridades especializadas han detectado irregularidades físicas, geológicas en la “boca” del Nevado del Ruiz: un domo que ha venido creciendo paulatinamente, posible magma bajo él y sismicidad recurrente. 

Por tanto, pregunté: ¿Cómo está el Nevado del Ruiz? “En cuanto a cómo está el Nevado del Ruiz, a partir de 1985, lo que mantiene algún grado de alerta es que un domo está en lo que podría llamarse la boca del volcán, ha ido creciendo a un constante ritmo y en especial desde el año 2014 a la fecha. Solo hasta el año 2020 logró hacerse una fotografía aérea exacta de dicha situación geológica luego de superar complejidades logística y técnicas con helicópteros, drones y demás. La foto evidenció lo que se sospechaba, sí hay un domo que crece allí y debajo del cual podría haber magma, es decir, lo que se traduce en un volcán activo y su parte superior deformándose”. 

Situación de la cual, se indica, la Red Sismológica ha dado aviso a gobernadores y alcaldes para que se pongan en sintonía. Todo bajo el amparo de la Ley 1523, entre otras, y a la luz de las estadísticas y datos consolidados a la fecha buscando que mandatarios regionales, municipales y oficinas de gestión del riesgo estén atentas y se involucren más. 

Dado todo esto, en muy pocas semanas comenzarán a adelantarse unas encuestas a la comunidad aledaña al volcán en estas tierras y en Caldas. Del Tolima los municipios impactados serán Líbano, Villahermosa, Armero-Guayabal. Ambalema, Herveo, Mariquita y Honda, y las comunidades cercanas a los ríos Gualí y Lagunilla, donde se aplicará un formulario para saber qué tanto conocimiento tienen de lo que es un nivel de riesgo o vivir en una zona con nivel de riesgo.  También, para establecer si son las mismas personas que cuando ocurrió la avalancha del 85, o sus familiares, si son nuevas y desconocen el tema o si los que estaban entonces ya se han ido. Ello con el propósito de ir compartiendo información y un alistamiento para ejercicios y entrenamiento de evacuación, alertas tempranas y demás, por flujos de lava desde el volcán y situaciones derivadas de él. No nos llamemos a engaños, sí hay preocupación por el crecimiento de ese domo, al cual se la ha hecho seguimiento, lo que se debe aclarar es si existe riesgo de erupción, lo cual, por supuesto, es muy difícil de prever con mucha antelación pero sí se debe estar preparado y los tolimenses alertados y permanentemente informados.

Lo que menos sirve por la seguridad y la vida de todos son los secretismos con las acciones que involucren riesgos o posible calamidad pública. Creo que la experiencia catastrófica y dolorosa de Armero que vivimos los tolimenses ya es mucha lección para andar por las ramas y ocultamientos a estas alturas.

De esa operación Vulcano II, el Gobernador del Tolima, la Secretaría de Gestión del Riesgo del Tolima, los mandatarios en general deberían explicar públicamente si saben, si no saben, qué saben. En estos casos el sigilo es tan dañino como el alarmismo o la especulación, por eso, se requiere de las autoridades competentes información precisa, clara, oportuna de cara a los tolimenses.

Entiendo que muchas autoridades especializadas y de socorro están cumpliendo con su deber de informar a las regiones y advertir de la situación, de la cual puede que no pase nada o que pase mucho. Si es así, esperamos respuestas. De lo contrario, que nuestros mandatarios pidan las explicaciones del caso, estamos hablando de vidas humanas en posible riesgo y daños inmensos, no de cálculos politiqueros tan afín por estos tiempos.

NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ –GERSAN-

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