De agüinaldo, démonos un solaz

Nelson Germán Sánchez

Consuelo, placer, esparcimiento, alivio de los trabajos es justo y necesario dárnoslo a partir de hoy, y en la medida de lo posible para cada cual, a propósito de la llegada plena de la época decembrina y la Navidad, con el inicio de la Novena de Agüinaldos. Es decir, darnos un solaz de cuerpo, mente y espíritu.
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Precisamente, el significado bíblico de solaz es el descanso y gozo que se comparte con los demás miembros del grupo familiar o la parentela. Y de eso nos hace mucha falta, hacer un alto en el camino para, como dice el novenario que: "dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido".

Que de verdad podamos recibir espiritualmente el nacimiento de Jesús menos indignos de verle, amarle y adorarle, como señala la plegaria a la Virgen María; evitando tanta confrontación absurda, inútil y vacía sobre política, religión, creencias y prejuicios que no dejan que avancemos como sociedad y alcanzar la buena convivencia y un mejor nivel de bienestar económico para todos.

Que como en la oración a San José, se nos adorne con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza al ser el padre adoptivo del Niño Dios; comenzando por no generar inquina, no hablar de lo que no se sabe, no señalar, no inventar ni mentir sobre los otros; no propagar rumores y supuestos que puedan dañar o herir, amparados siempre  en el canalla me contaron, dicen, escuché y el dizque, sin que haya un ápice de verdad en ello o una prueba irrefutable. Que los fervorosos deseos sean para recibir sacramentalmente a Jesús y no esparcir el chisme y la mentira en cuanto encuentro, reunión o novena se preparen. 

Que como el dulcísimo Niño Jesús le dijo a la venerable Margarita del santísimo sacramento: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado". Entonces pidamos sabiduría, prudencia, inteligencia, bondad y paciencia con nuestras propias miserias y las de los demás, para contribuir a una paz cierta y menos violencia. 

Creo este es un buen momento para que entre las risas, los reencuentros, el ven, ven, ven a nuestras almas, la natillas y los buñuelos, la integración laboral y las novenas familiares,  hagamos un alto en nuestro propio camino para una reflexión sincera y profunda de mente, cuerpo, alma y espíritu. 

De como dicen los taoístas, elevarnos un poco; transcender y transcendernos . Salir de esos círculos de las pequeñeces a las que nos acostumbraron y nos acomodamos por facilidad. Démonos ese aguinaldo, de solaz. Felices fiestas.

Nelson Germán Sánchez Pérez -Gersan-

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