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Escuchamos en diversos escenarios la palabra reactivación económica y sus teorías, no sin antes hacer un balance durante y después de la pandemia sobre nuestra vocación, los niveles de competitividad y por supuesto entender las drásticas evoluciones, que nos generan el paradigma del cambio, un camino que nos obligó a asumir unas realidades, que venimos aplazando sin visionar que allí estaban, sobre todo, aquellas que tienen que ver con los modelos de revolución tecnológica y de industria 4.0. El mundo que nos resistíamos a asumir nos invadió y nos obligó a las transacciones electrónicas, los pagos en línea, la educación y el trabajo virtual, la lectura digital, en fin, pero también a devolver la mirada al campo y la producción alimentaria, al uso racional del agua y los recursos naturales, a dedicar más tiempo a la familia, a apreciar lo simple y darle el valor a cada día vivido.
Hoy la sociedad tiene un comportamiento distinto, el mercado y la economía también, en ese nivel de observancia de lo descrito anteriormente, se deben establecer urgentemente los modelos económicos a aplicar, el desarrollo de esas estrategias en cada municipio y departamento determinando, como ya está, su vocación y competitividad, pero por supuesto un mayor diálogo, un diálogo permanente con los gremios, los empresarios e industriales, beneficiarios de las condiciones a establecer por los gobiernos y ser los generadores de empleo.
La articulación de presidente, gobernador, alcalde y gremios como se mostró en pasada visita, es la llave del éxito de cualquier decisión que signifique obras e inversiones, solo de esa manera: decisiones, condiciones y acciones, pueden ser la triada, para reactivar de verdad la economía, en términos de equidad para el equilibrio social y lograr bienestar real para todos.
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