Tolima saludable

Óscar Barreto Quiroga

En el mundo permanentemente se lucha por mejorar el servicio de salud, nuestro país discute hace décadas el modelo que tenemos, su eficiencia, trasparencia y efectividad, con grandes críticas, que, sumadas a un modelo desequilibrado entre los regímenes subsidiado y contributivo, nos permiten deducir que algo anda mal, que debemos ajustar de manera prioritaria para tener un buen servicio de salud.
PUBLICIDAD

Los tolimenses hoy gozamos de un servicio de salud publico eficiente y humano, con unas finanzas positivas muy a pesar del desdén y la desidia, con la que las EPS engordan de manera irresponsable las deudas de pagos por servicios prestados, circunstancia que pone en riesgo la prestación de un servicio que se hace bien en nuestro departamento.

Debemos reconocer en el Gobernador Ricardo Orozco su audacia para abrir el Hospital Federico Lleras en su sede Limonar, el riesgo de asumir semejante responsabilidad social y política, que sin duda en un momento de tanta incertidumbre en la pandemia resultó una sabia decisión, lo propio con el fortalecimiento de toda la red prestadora del servicio de salud de segundo nivel, representada en los hospitales de Chaparral, Purificación, Espinal, Lérida, Líbano y Honda que articulados y con hospitales de primer nivel también fortalecidos desde la gobernación hoy demuestran un modelo ejemplo para todo el país.

Son ya más de trecientos mil millones de pesos ($300.000.000.000) invertidos en la salud del Tolima, sus especialidades y servicios, con particular liderazgo en el manejo del cáncer y las enfermedades cardiopulmonares pero lo más importante un servicio de salud humano y amplio espectro de eficiencia.

Iniciamos un nuevo gobierno en Colombia, que en unidad deberá hacer las grandes transformaciones, para establecer la equidad y la preferencia por lo social como prioridades, un país donde las regiones soportarán el nuevo modelo de descentralización y autonomía, para construir el país que queremos y soñamos, más allá de los intereses particulares, la confrontación violenta y los odios.

ÓSCAR BARRETO QUIROGA

Comentarios