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El Tolima sufría de violencia y abandono del Estado, durante décadas en el sur de nuestro departamento, el conflicto guerrillero se impuso, la ley del monte tenia allí su fuerte, la inversión de los gobiernos departamentales eran casi nulas, llegar a Planadas, Ataco o Rioblanco era muy complicado por la violencia o por las vías, sin embargo, en época electoral llegaban los de siempre, que en medio de sus discursos “veintejulieros” y uno que otro tapa roja engañaban a la sufrida gente de esta y otras regiones de nuestro departamento.
Por eso con orgullo registro el gran trabajo que ha hecho el gobernador Ricardo Orozco, quien junto a su equipo de gobierno ha trabajado sin descanso por la educación gratuita, permanente y el fortalecimiento de la salud del Tolima además de otros proyectos de amplio impacto como los que quiero destacar hoy, por el significado sobre todo, en tierras donde los que hoy lo atacan o nos atacan, dominaron por amplio margen y durante décadas el poder local y regional, me refiero a los recursos exclusivos de la gobernación aprobados por la OCAD para la construcción del Hospital de Chaparral, por cerca de noventa mil millones de pesos ($90.000.000.000.oo) y la inversión en la pavimentación de la vía Líbano – Santa Teresa, por un valor de treinta mil millones ($30.000.000.000.oo).
La responsabilidad, por los supremos intereses del Tolima, pasa por hacer lo que otros no hicieron, los sectarismos intestinos de otras épocas no pueden ser la prioridad a la hora de la inversión. Ahora que se acerca la época electoral, veremos los desesperos electorales, proyectados en ataques injuriosos y calumniosos que durante varios años han utilizado como instrumento político con fallidos resultados. Las épocas cambiaron, la gente ya no traga entero. “Contra factum non valet argumentum".
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