De insultos, mentiras y campaña

Óscar Barreto Quiroga

La política debiera tener un punto de inflexión para el análisis, sobre los resultados, obviamente los políticos serían los protagonistas principales con sus hechos, esos que afectan a los ciudadanos de manera positiva o negativa, muchos tienen como hecho objetivo, no haber hecho nada. Y es que la comunicación hoy de ida y vuelta, permite la interacción con los ciudadanos, los dirigentes ya no son aquellos semi dioses, intocables a los que les mataban las mejores gallinas de la finca por que llego el “Doctor”, lo propio pasa con los discursos con amplio lenguaje prosopopéyico adornado de retórica engañosa, la gente ya no es como antes.

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Me dijo el viernes un campesino en Palomar Anzoátegui, en una gran manifestación a la cual llegamos “Senador Oscar, hay mucho gamín de vereda”, refiriéndose de esa manera popular a muchos políticos que utilizan la ofensa, las mentiras y los insultos, para referirse a sus contradictores, creyendo que esto les traerá réditos electorales. Ser un referente de la política por resultados es tal vez lo mejor que puede tener un dirigente, no lo digo solamente por los resultados electorales sino por la cauda de realizaciones que tenga para mostrar, obviamente sobre el sustento base de la verdad objetiva, en este caso los hechos. Entiende uno también el desespero de quien decide lanzarse buscando el afecto de los ciudadanos, cabalgando sobre sus desafectos hacia los demás, el odio nunca podrá construir nada bueno, la mentira, el insulto, la calumnia y la injuria menos. 

Hoy los ciudadanos reclaman propuestas fundamentadas en la credibilidad de quien las esboza, no ciudadanos lideres o dirigentes justicieros desde sus ideologías, angustias o fracasos personales. Este país se debate entre la incertidumbre y la esperanza por lo que dañar al otro para obtener resultados es una empresa fallida, le digo siempre a nuestro equipo, que es mejor invertir el tiempo en construir que gastarlo en destruir. 

Creo enormemente en las instituciones, en su independencia, en el ejercicio pleno de sus funciones por eso la justicia y la legalidad, se la dejo a la justicia y el amparo o desamparo a Dios, al final cada quien es el resultado de sus propios actos. Por sus hechos los conoceréis. 

ÓSCAR BARRETO QUIROGA

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