Alianza Pacto Histórico – Cambio Radical (III parte)

Rodrigo López Oviedo

El Pacto Histórico es una confluencia de fuerzas que se han propuesto alcanzar la presidencia de la nación y amplias mayorías en el Congreso con el fin de procurarle al pueblo colombiano mejores condiciones de vida.
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Tales fuerzas cuentan con amplias posibilidades de éxito. El problema es que a sus filas están llegando, o pretendiendo llegar, oportunistas de todo calibre, entre los cuales no dejan de faltar representantes de las mafias, la corrupción y la guerra, con el agravante de que lo están haciendo con el respaldo de personajes que ocupan puestos de mando en el propio Pacto, lo cual hace que esperar de estos la activación de los mecanismos de repulsión necesarios solo pueda generar frustraciones.

Esta circunstancia nos impone a los simpatizantes del proceso el deber de expresar nuestro más enfático rechazo, pero hacerlo con la decisión que tan graves infiltraciones demandan, ya que las actitudes pusilánimes son el mejor caldo de cultivo para tan malsanos propósitos.

En el Pacto Histórico del Tolima sí que necesitamos de esa determinación. Aquí contamos con algunos dirigentes que más parecen estar jugando a botones de hotel: no solo defienden la llegada de tan indeseables huéspedes, sino que lo hacen con el ánimo dispuesto a recibirles la maleta, a diligenciarles el check-in y a ponerse a las órdenes de lo que gusten mandar, seguramente con la esperanza puesta en algún contentillo de esos que llaman propina.

Tales elementos también son indeseables. Son los mismos que nos recomiendan la sopa de sapos envenenados y el acuéstate con quien quieras, no importa que sea con tu enemigo; son los que dicen te aporrio, pero te quiero, y defienden los cuernos como flores de jardín.

Pero tienen más argumentos, algunos con medias verdades, como aquel con el que se nos pretende hacer creer que el carácter preferente de la lista nos permite escoger libremente el candidato de nuestras predilecciones, no importa cuáles sean los demás. La verdad completa es que sí importan los demás, ya que se vota es por la lista, ya que de los votos que esta logre dependerán las curules alcanzadas, y ya que solo cuando sepamos cuántas curules son, se podrán tomar en cuenta las preferencias de los electores.

En nuestro caso, el huésped indeseado es la señora Sandra Salazar Martínez. De conseguirse una curul a la Cámara, no dudemos de que esta quedaría en sus manos. Su pertenencia a Cambio Radical -un partido ducho en seducir con tamales, puestos y contratos-, la haría segura ganadora. Ese sería nuestro aporte: el auto gol de una curul para la derecha. ¡Un nuevo Manguito! ¡Qué vergüenza!

 

RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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