Aclaraciones necesarias

Rodrigo López Oviedo

Algunas dudas han suscitado mis comentarios acerca de la forma en que se está desarrollando el Pacto Histórico, proceso político mediante el cual se busca llevar a la presidencia a un líder ajeno a las castas políticas tradicionales, instrumentado con un nuevo modelo para el manejo de la cosa pública y acompañado de mayorías consecuentes en el Congreso.
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Algunos de los dudosos ponen en entredicho mis convicciones acerca de la unidad popular, las cuales siempre he defendido, como puede evidenciarse, por ejemplo, a través de las páginas de El Nuevo Día, periódico que desde 1997 me viene favoreciendo con la publicación semanal de mis comentarios.

Siempre se ha considerado que la unidad es requisito indispensable para que los propósitos colectivos puedan salir airosos. Como decimos popularmente, cuando unos tiran para un lado y otros para otro, no se llega a ningún Pereira.

El problema de algunos promotores del Pacto Histórico en el Tolima es que no saben dónde queda Pereira; es decir, a dónde debemos llegar, para qué y con quiénes. Esto los está llevando, inocentemente a unos y perversamente a otros, a desarrollar, por acción u omisión, una política al estilo tradicional, basada en cálculos y componendas y orientada exclusivamente a lograr una curul en la Cámara, sin que importe que quien se quede con ella sea Cambio Radical, ni que se la utilice conforme a los objetivos que tal congregación -neoliberal, enemiga de la paz y prohijadora de corruptos- estime conveniente.

No, esa Pereira no coincide con los propósitos del Pacto que lideran Petro, Aída, Cepeda, Bolívar y Velasco, entre otros, que son los que buscamos alcanzar quienes queremos para nuestro país y sus hijos un futuro que no se parezca al que nos tienen trazado las oligarquías. Esos propósitos sí justifican los esfuerzos que se hagan. En torno a ellos debe girar la unidad como medio, no la unidad como fin, que es la que seduce a los pescadores de río revuelto, para quienes, parodiando a Ferdinand Lasalle, la unidad lo es todo y el propósito supuestamente nada, aunque ellos sí tienen muy claro el suyo.

Como dije en el comentario anterior: Sigo con mi voluntad puesta al servicio del Pacto Histórico y su proceso de unidad en lo que atañe a presidencia de la República y Senado; no con el Pacto liderado en el Tolima por Guillermo Alfonsos y Nayibes, que llevará a la Cámara a la señora Sandra Salazar Martínez. Con estos señores y su candidata, el Tolima seguirá sin despegar del atraso en que se encuentra y los tolimenses, en la desesperanza. Por eso mi voto será en blanco para esta corporación.

 

RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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