La Fiscal General de la Nación, Viviane Morales, representó a la mujer en el campo profesional, dignamente; no hubo reparo para ejercer su función, sin embargo, alguna actuación de su inteligencia emocional la llevó a ser objeto de censura a pesar de que correspondía a su vida privada, pero su condición de servidora pública de primer nivel la puso en el ojo del huracán y hoy perdimos a una mujer con carácter, entereza, eficiencia y eficacia.

Sentimos su salida, más aún sabiendo que como nominadora de la Fiscalía General de la Nación, debió resolver las interinidades en las que aún se encuentran algunas seccionales del país, entre ellas la del Tolima, tal vez faltó prestar igual atención a ésta parte administrativa de las fiscalías.

Resulta paradójico, cuando en su renuncia irrevocable, la Fiscal General señala que no quiere permanecer en el cargo en interinidad porque es dañino para la institucionalidad.

De todas maneras ésta representante del sexo femenino merece un gran reconocimiento porque se destacó por combatir la corrupción. Su formación religiosa entre otras, contribuyó a su honestidad y transparencia, que desde luego con toda certeza, tiene sus raíces más fuertes desde su  familia.

Otra mujer que muestra liderazgo permanente es la Canciller María Ángela Holguín, destacándose en las relaciones exteriores y en las encuestas de opinión siempre ha sido bien valorada, cosa que lamentablemente no ocurre con la actual Ministra de Educación, que ha figurado en la cola de las encuestas. Deja un legado Clara López con su rigurosidad y tenacidad como alcaldesa de Bogotá, una ejemplar mujer.

Sin embargo, cuando una mujer surge, no siempre encuentra la solidaridad de su propio género, se escuchan con mucha frecuencia expresiones insidiosas que dejan y permiten conocer más a quien las expresa que de quien se habla.  

Muchas veces se logra mayor apoyo por parte del género opuesto, quienes igualmente cuentan con representantes verdes de envidia porque les es difícil apoyar a una mujer cuando se sienten supuestamente superiores.

Hay cientos de mujeres que merecen un aplauso por su labor diaria, porque en ellas se ha descargado en gran parte la formación de sus hijos y por lo tanto es prudente pensar con mayor fuerza en la formación para las mujeres como lo contempla la Constitución Política de Colombia, sabiendo que deben ser sujeto de especial protección.