Casi siempre quedan en el olvido los datos que el Dane divulga sobre mercado laboral en el departamento del Tolima, porque los medios de comunicación centran su atención sobre el  mismo asunto, en Ibagué.

Los datos sobre desempleo en el departamento del Tolima son, a mi juicio, bastante graves.
Más graves que los de Ibagué y la razón es que el Tolima es el segundo departamento con mayor desempleo del país, después del Quindío. ¡Gravísimo!

La tasa de desempleo de nuestro departamento fue el año pasado de 17.1 por ciento, la del Quindío, que ocupa el primer lugar, fue de 17.7 por ciento, lo cual indica, que estamos cerca de encabezar la lista de los desempleados entre los 32 departamentos colombianos. Por supuesto que deseamos ocupar primeros lugares, pero no en estos términos.

En cuanto a desempleo en el Tolima, el fenómeno es creciente, el año inmediatamente anterior la tasa de desempleo fue de 14.6 por ciento, lo cual significa que se incrementó 2.5 puntos porcentuales entre un año y el otro.     Agreguemos a esto, el hecho de que el Tolima tiene una tasa de desempleo 6.3 puntos porcentuales por encima de la tasa nacional (10.8 por ciento) para el mismo año 2011, según lo registra el informe del Dane del 30 de abril pasado.

Como mujer, me preocupa que el desempleo afecte en mayor grado a nuestro género. Un 56 por ciento de los desempleados son mujeres frente a un 44 por ciento de los hombres.

Al mirar estos datos en el Tolima, con relación a los otros departamentos, me pregunto:

¿Por qué el Tolima ocupa el segundo lugar en desempleo y el Huila, que tienen características socio-económicas similares a nuestro departamento, está entre los de tasas más bajas de desempleo?.
En el Huila, en el mismo año el desempleo fue de 7.9 por ciento muy cerca de Santander que tuvo la tasa más baja con 7.6 por ciento.

¿Qué hacen los huilenses que no podamos hacer nosotros para mejorar esta situación?
El Plan Departamental de Desarrollo que acaba de aprobar la Asamblea para el período 2012-2015, formula una política de “Empleo y desarrollo económico” y tiene como objetivo “Impulsar acciones para promover la formalización laboral y empresarial y la creación de empleo, así como el fomento del emprendimiento como una alternativa de generación de ingresos sostenibles en el largo plazo, buscando disminuir la tasa de desempleo y mejorar la calidad de vida”.

La meta global es bajar este flagelo a un 10.1 por ciento en el 2010.
Espero, que los seis programas que se ha propuesto el gobierno departamental para intervenir sobre el tema, tengan éxito, porque es necesario advertir que en esto hay una baja gobernabilidad desde las instancias burocráticas.

Es necesario que los tolimenses seamos más productivos, pero paralelamente debemos formar para la democracia, para el desarrollo humano donde se privilegie el pensamiento crítico, se forme para las artes y, para ello, debemos intervenir sobre el acceso, la permanencia y la calidad educativa.

Para nada es satisfactorio que hacia el año 2010 el Tolima tuviera a un 45.11 por ciento de su población en situaciones de pobreza y un 17.35 por ciento en pobreza extrema (Mesep.2011) y que simultáneamente tengamos problemas de seguridad, de muchos homicidios, problemas de convivencia y comportamiento poco satisfactorio en los indicadores educativos y sociales en general. Qué lástima, no somos un buen modelo.