El divorcio

Se calcula que en Colombia, cada cuatro horas se rompe un matrimonio, lo cual equivale a que en un día se producen seis divorcios.

Llegaron a ser 15 mil 326 divorcios en el año 2011, siendo que había sido 10 mil 618 dos años atrás.

Según el punto de vista, se podría considerar como un hecho grave. Porque se considera como ideal que las parejas estén juntas hasta que la muerte los separe, al menos  eso es cuanto comúnmente se dice en las ceremonias matrimoniales.

Sin embargo, los paradigmas de la postmodernidad vienen cambiando y las nuevas parejas tienen claro que conservarán su matrimonio mientras este les cause felicidad y los tenga satisfechos mutuamente.  

¿Pero me pregunto, si se esfuerzan por mantener la bella relación o simplemente dan cabida a otras expectativas?.

Ahora es fácil unirse en matrimonio o de hecho. También es fácil divorciarse ya que desde el año 2005 existe el llamado “divorcio exprés” que, si se hace de común acuerdo, se puede tramitar en una notaría en término de pocas horas y a un bajo costo si no hay hijos o patrimonio para repartir.

El matrimonio civil existe en Colombia desde tiempos del gobierno de Alfonso López y el divorcio de matrimonios católicos es posible y de trámite legal a partir de la Constitución Política del año 1991.


Entonces hay viabilidad jurídica para que los divorcios ocurran e inclusive para que tiendan a incrementarse anualmente como está ocurriendo. De tal manera que actualmente en Colombia, una de cada dos personas que se ha unido en matrimonio alguna vez, ya se ha divorciado.

El Tolima está entre los tres departamentos con mayor registro de divorcios ante las notarías y juzgados, después de Antioquia y Caldas,.

La Organización Mundial de la Salud, nos dice que el divorcio causa estrés crónico, vuelve vulnerables a las personas frente a las enfermedades, acorta la expectativa de vida por lo menos en cuatro años.


Hay, desde luego muchas consecuencias más, pero si la separación contribuye a evitar que se llegue a la violencia intrafamiliar y especialmente contra la mujer, habiendo agotado los recursos posibles, se pensará que puede ser la decisión más sana.


De todas maneras la invitación a los tolimenses es a que revisen su comportamiento en pareja, elaboren estrategias que coadyuven a elevar los índices de felicidad en sus hogares y busquen la felicidad a través del buen trato, de la ternura, de la palabra amorosa, del diálogo sincero y pacífico independientemente del tema que se aborde.


Porque no queremos ni un solo caso más de violencia contra la mujer, ni tampoco contra el hombre.  


Queremos saber que los tolimenses llegan a ser tan civilizados, que son capaces de reconocer sus errores, aceptar los del otro y tomar la decisión que más convenga en pro de la paz y amor en familia.

Credito
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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