El desempleo en Ibagué sigue disminuyendo; en el Tolima sigue creciendo, según los datos suministrados por el Dane como resultado de la Gran Encuesta Integral de Hogares que es más permanente para las 23 ciudades y áreas metropolitanas de la cual hace parte Ibagué.

La última encuesta por muestreo probabilístico que realizó el Dane con datos de octubre del presente año, nos dice que la tasa de desempleo de Ibagué es ahora de 11.8 por ciento, ocupando el puesto 11 entre estas ciudades, siendo que en años no muy lejanos éramos campeones del desempleo en Colombia. 

Simultáneamente, el desempleo del Tolima, que en el año 2007 era del 13 por ciento, hacia el año pasado ya había ascendido a un 17.2, equivalente a 133 mil desempleados, ubicando al Tolima, hacia el año anterior en el segundo puesto en desempleo, después del departamento del Quindío, con una tasa del 17.7. 
Pero, me ocupo del caso de Ibagué. Hay muchos factores que han favorecido el empleo en la ciudad, entre ellos la intervención del gobierno municipal dando facilidades de acceso a nuevas empresas, primordialmente del comercio. 

No es coincidencia que las 244 personas ocupadas que el Dane calcula para Ibagué en el mes de octubre, en un mayor porcentaje se ocupan en actividades comerciales, de hotelería y restaurantes.

Eran 90 ocupados en estas actividades hacia el trimestre noviembre-enero que podría ser tomado como dato de base para lo que pueda ocurrir en el curso del cuatrienio de nuestro alcalde Luis H Rodríguez. 
Esa cifra, en el curso del año tiende a decrecer, cosa que no ocurre con los 49 mil ocupados en el ramo de servicios. La construcción, que se hace tan visible en nuevas construcciones, en las cifras se mantiene con un dato estable de 17 mil ocupados en este campo.

Entusiasma saber que el empleo particular y por cuenta propia tienda a crecer porque así se concluye que los ibaguereños incursionamos cada vez más como personas emprendedoras que no se supeditan al empleo que puedan ofrecer los mandatarios recién elegidos. 

Ello hace pensar en la importancia de fortalecer la cátedra de emprendimiento en las instituciones educativas, incluyendo el nivel superior como una necesidad inherente a la formación desde los primeros años y más aún como futuros profesionales.  

A comienzos del año eran 94 mil los empleados particulares  y hacia octubre esa cifra había pasado a ser de 101 mil. La cifra tiende a mejorar; pero también es necesario que quien haga uso de sus competencias emprendedoras, sepa ofrecer un buen servicio para que con ello se mantenga en el mercado y contribuya a la mejora en éste tema.