Recuerdo la finalización del tercer semestre  de Doctorado,  es decir el año anterior, una de las tareas era la lectura sobre La Teoría de la Acción Comunicativa, de Hábermas, alrededor de la cual mostraba su elocuencia, dominio y profundidad.  Es inolvidable para mí dicho momento, por mi desconocimiento en el tema y por lo tanto lo osada al atreverme frente a una persona como él, sin argumentos teóricos, solo con opiniones que hacían desacertada la intervención que duró algo más de 20 minutos.

Compartir escenario con Hoyos, era saber que se estaba con un docente en búsqueda del despertar crítico en sus estudiantes,  de  argumentos que  hicieran reflexionar desde la teoría, con profundidad,  no con simples opiniones que para el ámbito académico resultan vanas; me dejó claro que hay que saber sobre el asunto desde el mismo autor y que  en investigación, “más vale uno que muchos”, refiriéndose a la importancia de conocer a profundidad la obra de un clásico, porque quien se prepara para ser doctor, debe dominar un grande, después se podrá leer a los pequeños.

Su elocuencia era envidiable, su disciplina admirable y el valor a sus amigos ejemplarizante, pues se encontraba entre nosotros, a pesar de un cáncer que apagaba su vida.  Pero allí estaba, gracias al afecto que profesaba por quien fue su alumna,  Liliana Margarita del Basto  y quien como Directora del Doctorado en Educación  Rudecolombia –UT, quiso que lo tuviésemos como docente.

Se fuga un cerebro a sus 77 años y se va para siempre apenas transcurridos los cinco primeros días del año que ya empieza a correr, se va,  dejando un legado en sus estudiantes  y en la comunidad académica  del país.  

Al escuchar un aparte de la última sesión en su clase,  en octubre de 2012, transcribo textualmete:  “la Teoría de la Argumentación consta de lógica, argumentos bien hechos, son productos, que deben presentarse bellamente, retóricamente…No es paja…Es que si es verdadero, por qué no puede ser bello al mismo tiempo, ustedes tienen ejemplo de esto, es la tierra de Santofimio.  En Colombia, la Teoría de la argumentación la trabajan muy bien Alfonso León Gómez y Alfonso Monsalve, hasta que le dio por ser Uribista…”

Guillermo Hoyos perteneció a la Compañía de Jesús; a sus 38 años, optó el título de Doctor en Filosofía, en la Universidad de Colonia, Alemania.  Fue Decano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, Miembro del Consejo del Programa Nacional de Ciencias Humanas y Sociales de COLCIENCIAS, autor de números libros, publicaciones, director de proyectos de investigación, entre otros.

 Y… cómo no recordarlo eternamente, si obtuve de su puño y letra, un 5 como nota al ensayo que nos dejó como tarea.

¡Paz en su tumba!