Históricamente, la ciudadanía y la política de los pueblos ha tenido género, y por ende los hombres han podido hacer uso de sus habilidades para captar adeptos y entregar herencias y capital político a sucesores del género masculino, en mayor porcentaje. 

Colombia en los Tratados Internacionales ha adquirido compromisos a favor de la equidad y derechos de la mujer, hecho difícil de cumplir porque la misma mujer se autoexcluye de la participación y la búsqueda de oportunidades en los primeros niveles, cargos del nivel decisorio, entre otros.

Pero, más crítico aún, el discurso antifeminista de muchas líderes y mujeres del común cuando los cargos de dignidad, curules, ministerios y secretarías, son asumidos por mujeres.

Si la mujer se une y tiene claro el objetivo, sabiendo que el país cuenta con el 52 por ciento frente al 48 por ciento de hombres, lograríamos elegir una mujer presidente; mayor número de representantes en el Congreso, que se requieren para que la voz, el voto y los derechos sean equitativos en cuanto a género.

Invito a las mujeres tolimenses para que unidas elevemos nuestra propuesta con fines de equidad y por lo menos hagamos sentir nuestra voz en cuanto al derecho a la igualdad. Es un reto que la mujer debe asumir, dejando a un lado la indiferencia, porque estamos en un nuevo milenio donde los derechos humanos, la dignidad humana y la equidad toman especial lugar en las agendas.

Pero es necesario que la mujer esté preparada, porque no es suficiente que se diseñe para la libertad, se requiere de preparación para ella, como lo diría el filósofo Guillermo Hoyos. Pero además, como lo dice el poeta, si la educación es necesaria al hombre, a la mujer no es menos necesaria, porque ella con paciencia educa al hijo…

En 2011, en los debates de Cámara y Senado, se aprobó la Ley Estatutaria de reforma política, con medidas a favor de la inclusión con el compromiso de incorporar garantías para el género femenino en cuanto a la definición de candidaturas, con un incentivo del cinco por ciento para la financiación de partidos según el número de mujeres electas en corporaciones públicas. Hay espacios y tenemos derechos.