El trabajo infantil

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Quiero dejar en la memoria de los ciudadanos en general, algunos temas que tienen que ver con la población infantil y adolescente en cuanto a su relación con el trabajo y la educación. Porque el trabajo infantil, tiende a disminuir en Colombia, pero sigue siendo un problema.

Hace un mes, el Dane divulgó datos sobre trabajo infantil en Colombia y deja claro que se trata de un fenómeno social que era mayor en 2012, con relación al 2013. En 2012, de cada 100 infantes y adolescentes entre cinco y 17 años de edad, 10 trabajaban con o sin remuneración; lo cual pasó a ser de 9.7 por ciento en 2013, en el último trimestre de estos años. Dicha situación es mayor en los hombres que en las mujeres y mayor en la zona rural que en la urbana.

Los niños y adolescentes trabajan a temprana edad por varias razones: para participar en las actividades laborales de su familia, un 34.9 por ciento; porque les gusta tener ingresos monetarios propios, en una igual proporción o porque deben ayudar al sostenimiento de sus hogares, el resto.

Mundialmente se ha establecido que la edad legal para trabajar es la de 15 años, pero con previa autorización del Ministerio de Protección Social o del alcalde, “previo consentimiento de sus representantes legales”, en caso de la formalización de un contrato de trabajo.

En Colombia, hacia fines del año inmediatamente anterior, era un poco más de un millón el número de infantes y adolescentes entre cinco y 17 años, trabajadores, de ellos 736 mil eran hombres y de todos, 331 mil no asistían a las escuelas.

Entonces, no es positivo que los menores de edad trabajen porque a esas edades debieran estar estudiando y además, porque el trabajo a temprana edad, trae como consecuencias, entre otras, el envejecimiento prematuro, la desnutrición, depresión y drogadicción, como posibles consecuencias inmediatas y futuras. El Dane, en el informe correspondiente a 2012 (Boletín de abril de 2013), nos dice que Ibagué, entre 23 ciudades, era la de mayor tasa de trabajo infantil, con un 9.3 por ciento, frente a la nacional que era de 9.8 por ciento y en las 23 ciudades de 6.3 por ciento.

Una de la soluciones para el trabajo infantil, está en el acceso de estas personas a las escuelas y colegios. Cosa que no está siendo fácil por la renuencia o poco interés por el estudio que manifiestan estudiantes y padres de familia.

Poco interés general por la educación tal como lo evidencian los datos de las encuestas electorales cuando se pregunta sobre aspectos que en el nuevo cuatrienio presidencial se deben atender prioritariamente. La educación de calidad aparece en el quinto lugar, siendo lo primero el desempleo.

Credito
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS

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