¿Mide nos clasifica? El Mide y la Universidad del Tolima

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Elevo mi voz de protesta y rechazo contundente a los resultados que el Ministerio de Educación difunde, clasificando las Universidades y establecimientos de educación superior, según dimensiones y variables, contempladas en el Modelo de Indicadores de Educación superior, Mide.

En primer lugar, quisiera saber a través de qué medios se difundió o cuándo se informó a la comunidad educativa del país, los aspectos que se tendrían en cuenta para una nueva medición, que pretende claramente contradecir la Ley 30, puesto que no corresponden a las categorías sobre las cuales opera el sistema de educación superior.

Por lo tanto, las variables e indicadores utilizados en el Mide no son adecuados para cada una de las dimensiones tratadas, de tal manera que produce sospecha, que en un momento tan particular como el que se vive en el país, ad portas de elecciones, incluso en algunas Universidades, se publique una medición que además, corresponde a un año atrás, puesto que los datos son de los años 2011, 2012 y 2013.

El puesto dado a la UT en el ranking de Mide, contradice otras clasificaciones recientes de carácter internacional, construidas sobre su desempeño académico. Ocupó los puestos 23, 24 y 25 en la clasificación hecha por U-Sapiens SClmago y QS en el presente año, con base en indicadores distintos a los del Mide. Entonces, ¿Puede haber tanta diferencia entre los resultados de estas clasificaciones con la que hace el Ministerio de Educación?.

Pareciera un afán de desprestigiar y dar tratamiento inequitativo a las universidades oficiales del país, en cabeza de una ministra que tiene como principal función liderar la cartera de educación nacional, con justicia.

Lo sustancial, muchas veces está por encima de lo legal, y en este caso, la Universidad del Tolima, históricamente ha presentado resultados que la posicionan y permite demostrar que avanza también en el componente académico. Sin embargo, la semana anterior, ante una información nacional de Mide, que tildo de irresponsable, generó pánico entre la comunidad educativa de todas sus épocas, por tan lamentable clasificación, quedando incluso por debajo de instituciones que no cuentan con los avances, trayectoria y cobertura de la Universidad del Tolima.

En el afán reduccionista de cuantificar, de medir, es clara la deshumanización vertiginosa que con Gina Parody, se viene afectando a la educación. Si por algún motivo, no se halló toda la información requerida en las bases de datos del Ministerio, preferiblemente se debió informar sobre vacíos o faltantes, para no generar terrorismo psicológico entre 23 mil 993 estudiantes de los cuales 810 son de postgrados, que se ubican en nueve departamentos, 64 municipios, de Colombia, cada uno con familias y amigos, que han sido formados y siguen su formación en la UT. Queda claro que la Ministra, dentro de su concepción, piensa que la Universidad es una empresa de producción de bienes y servicios, de otra manera, ante las conclusiones, se hubiese detenido por lo menos a preguntar las razones por las cuales se arrojaba tan humillante resultado. Este informe, requiere una revisión detallada, entre otras razones, porque la medición no es comparable por múltiples razones, entre ellas, el origen de los estudiantes frente a las universidades privadas, aquí se sigue acentuando la discriminación educativa.

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