El problema de la drogadicción

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Hay situaciones críticas de la ciudad de Ibagué, que por ser de cotidiana ocurrencia, se vuelven parcialmente invisibles ante la opinión pública e incluso dentro de las familias. Por tanto, los candidatos en campaña a corporaciones públicas y a la Alcaldía, apenas las han mencionado tangencialmente sin considerar el tema como un problema de salud pública en el cual hay que intervenir urgentemente.

Es el caso de la drogadicción en adolescentes, jóvenes y adultos. Es una población que enfrenta una enfermedad altamente contagiosa, que debe contar con unas políticas claras que permitan enfrentar la situación y evitar el incremento en las nuevas generaciones.

A todos nos debe preocupar que el consumo de sustancias psicoactivas, como el de la marihuana, el bazuco, el DIP, vaya en aumento paulatino en el país. Y grave que este hecho ocurra en los jóvenes entre 18 y 24 años, con mayor frecuencia, lo cual produce crisis y amenazas emocionales en educadores, padres de familia y desequilibrio en la sociedad.

El “Estudio Nacional de consumo de sustancias psicoactivas en Colombia 2013”, del Observatorio de Drogas de Colombia, según la encuesta a 32 mil 605 personas entre 12 y 65 años, concluye entre otras: “En relación con el uso de sustancias ilícitas (marihuana, cocaína, bazuco, éxtasis, heroína, LSD), los datos del estudio indican que el 13 por ciento de las personas encuestadas ha usado alguna droga ilícita al menos una vez en la vida, un 19.9 por ciento los hombres y el 6.5 por ciento de las mujeres”. Señala además, que la sustancia de mayor consumo es la marihuana y que el 87 por ciento de los consumidores tienen menos de 34 años, incluyendo adolescentes entre 12 y 24 años que debieran estar dentro del sistema educativo.

En el Tolima, con relación al resto de las entidades territoriales, el problema aparentemente no parece ser tan grave. Entre 26 entidades territoriales que cubrió la encuesta, el Tolima ocupa el último lugar con un porcentaje de 0.94 por ciento, que equivale a un número absoluto de adictos de cuatro mil 151 personas, consumidoras de marihuana, cocaína o bazuco.

En cuanto a Ibagué, se dice que el consumo de sustancias ilícitas tiende a crecer y constituye un problema para todos. Me pregunto qué hacen los padres de familia para evitar que sus hijos se contaminen, ¿están ellos atentos a enterarse de la situación de sus hijos cuando ingresan también a las universidades, y conocen quiénes son sus amistades? Es urgente que los nuevos mandatarios intervengan con el impacto que se debe, para disminuir este flagelo que afecta dolorosamente a la sociedad, el Estado y la familia.

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