Rendición de cuentas al final del cuatrienio 2012-2015

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Ya se sabe sobre quiénes resultaron elegidos en las elecciones del 25 de octubre pasado y, en cuanto a gobernador y alcaldes, se entra a la fase de los empalmes. Una rutina que es obligatoria, pero que pocas veces es útil. Se convierte esto en una rendición de cuentas de los mandatarios salientes que debe ser pública.

Se me ocurre que esa rendición de cuentas o informes de empalme no debiera hacerse con relación al cumplimento de los planes de desarrollo de cada entidad territorial porque los datos correspondientes no necesariamente son del interés de los recién elegidos. A cambio, quienes debieran decir de qué información requieren, debieran ser los nuevos gobernantes a partir del 2016, porque se entiende que se trata de nuevos programas de gobierno que se convertirán en un nuevo plan de desarrollo en el primer semestre del próximo año.

De una u otra manera, en los informes de empalme se contiene información diagnóstica sobre cada una de las actividades gubernamentales. Pero debieran ir más allá de lo que rutinariamente se ha venido ejecutando. Así, por ejemplo, se podrían acoger los indicadores de resultado con los cuales se evalúa el cumplimiento de los ocho grandes Objetivos de Desarrollo del Milenio, cuyas metas debían cumplirse en 2015, que está por terminar. El problema reside en que no hay información actualizada con respecto a este año final de los ODM.

Mirar bajo la óptica de los Objetivos del Milenio resulta interesante. Porque los informes que al respecto ha elaborado Planeación Nacional permite comparar los datos del Tolima con los nacionales y ese es un buen punto de referencia.

Del último Informe de seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, 2014, tiene datos importantes sobre la situación del Tolima, con respecto a los otros departamentos, con datos de 2013. Tal informe nos dice, por ejemplo, que nuestro Departamento tiene un problema grave de expansión del VIH Sida. El Tolima ocupa el segundo lugar en el país según la tasa de mortalidad debida a esta grave enfermedad sexual. Sólo nos supera el Valle del Cauca. Tiene que ver con el sexto objetivo del milenio, llamado “Combatir el VHI/SIDA”, enfermedad que prevalece en la población de entre 15 y 49 años de edad y que, a pesar de que tiende a disminuir en Colombia, es una epidemia de grave ocurrencia. Con una tasa de mortalidad del 4.89 por ciento en el país, que sigue siendo un problema de salud pública que se debe atender con prontitud por sus consecuencias psicoafectivas , sociales y económicas.

También se debe actuar sobre la mortalidad infantil porque el Tolima ocupa el séptimo puesto en el país con base en la ocurrencia de este fenómeno. En Colombia la tasa de mortalidad de menores de cinco años por cada mil niños nacidos vivos equivale al 19.7 por ciento (2012). Y eso es también es muy preocupante. De ahí, la importancia de intervenir sobre la atención de la primera infancia, incluyendo la necesaria extansión de la educación preescolar.

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